En 2001, Williams visitó a Koko, el gorila, en The Gorilla Foundation en el norte de California. Sus cuidadores le habían mostrado una de sus películas y pareció reconocerlo. Koko le hizo señas repetidas veces a Williams para que le hiciera cosquillas. “Compartimos algo extraordinario: risas”, dijo Williams sobre el encuentro. El día que murió Williams, La Fundación compartió la noticia con Koko e informó que ella cayó en la tristeza.
La enfermedad mental que Robin Williams enfrentó se conoce como demencia con cuerpos de Lewy, cuyo diagnóstico, con absoluta certeza, solo puede hacerse post mortem.