Es considerada como la segunda cinta de horror hecha en México.
Su estreno sucedió 16 años antes de la cinta Rashomon (1950), de Akira Kurosawa, adelantándose al estilo, que se convirtió en un referente, utilizando varios puntos de vista diferentes para contar un suceso.
Considerada, desde su origen, como un experimento visual, su director comentó: "Quise darle a la película un clima irreal, haciéndola entrar en un ambiente expresionista. De ese modo sentía que podía ampliar el asunto, lograr efectos cinematográficos no comunes y ceder a la profunda influencia que los maestros alemanes sellaron en mi imaginación."
Es una de las siete cintas mexicanas incluidas en la respetada Criterion Collection.