En 1964, el cantante de jazz Tony Lawrence tenía el sueño de juntar a varios de los más importantes artistas afroamericanos en un mismo espectáculo, que podía durar dos o tres días, donde celebraran la importancia de su cultura y su música. Lawrence empezó a producir, de tiempo completo, eventos culturales en la costa oeste de Nueva York, trabajando de cerca con el gobierno, el cual no le prestaba mayor ayuda o interés. Pero los esfuerzos de Lawrence se verían materializados en 1969, cuando pudo anunciar la celebración del Festival Cultural de Harlem, que sucedía el mismo verano que el famoso y legendario festival de Woodstock, que se celebraría a tan solo 160 kilómetros de distancia. El festival, que promovía el orgullo y la unidad de la población afroamericana, presentó a varios de los músicos más notables de la época, incluyendo a Nina Simone, B.B. King, Stevie Wonder, en un escenario al que el departamento de policía de la ciudad se negó a brindar servicio, en una época donde la segregación racial estaba en sus puntos más álgidos. En el documental Summer of Soul (…Or, When the Revolution Could Not Be Televised), el cineasta y músico Questlove, recupera una serie de grabaciones de aquel evento que unió a miles de personas en una celebración histórica y fundamental en la lucha de la igualdad de derechos.