Valladolid. Septiembre de 1989. A David y Layla les gusta mucho Hombres G. También se gustan mucho entre ellos, pero como a David le aconsejan tan mal sus amigos, todas las cosas que hace para conquistarla terminan siempre siendo un fracaso. A pesar de todo, los dos se hacen inseparables y se meten en líos cada vez más grandes, e incluso a veces, cuando están juntos, el impulso de cantar y de bailar las canciones de su grupo favorito es tan fuerte que se ponen a hacerlo en mitad de la calle. La misma ciudad, poco más de treinta años después. A Layla le ha ido muy bien: es directora de cine y ha ganado un Oscar. David, en cambio, no es famoso ni ha ganado ningún premio. En Voy a pasármelo bien, Layla vuelve a la ciudad para recibir un homenaje y los dos pasarán juntos una semana. Durante esos días ya no cantarán y bailarán por la calle, pero se darán cuenta de que los niños que fueron no han desaparecido del todo.