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La bomba que destrozó la humanidad atrapada en 70mm
por Uriel Linares"Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos", frase que el físico J. Robert Oppenheimer acuñó de las escrituras hindú Bhagavad Gita, pero que al mismo tiempo le dio un toque tenebroso, cruel, y con el que entró en un ciclo infinito de arrepentimiento luego de haber liderado el Proyecto Manhattan, responsable de crear la bomba atómica que destruyó infinidad de vidas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Esto es apenas una parte de lo que trata Oppenheimer, película dirigida por Christopher Nolan y protagonizada por Cillian Murphy.
Pero no estamos necesariamente ante una película documental, no es esa clase de producciones que te presentan años, nombres y ciudades cada dos minutos y que hacen imposible retener tantos datos. La experiencia del propio Christopher Nolan, quien coescribió el guion junto a Kai Bird y Martin Sherwin, es capaz de presentar a un hombre imaginativo, inquieto y hambriento de marcar el mundo con su talento, luego vino la bomba, pero antes conocemos las inquietudes y decepciones de Oppenheimer.
Universal Pictures
Y tal como nos tiene acostumbrados con películas como Inception o Dunkerque, Nolan no cuenta la historia de un golpe, va moviendo lentamente las fichas para buscar atrapar al público. En esta ocasión Oppenheimer es una cinta que dura tres horas, tiempo que no necesariamente es fácil soportar en una sala de cine con respaldos golpeando tus rodillas y posturas, al final de cuentas, incómodas.
Debo debo decir algo, la primera hora de la película tiene una narrativa lenta, sin prisa por llevar al protagonista a detonar objetos; incluso se presenta una trama secundaria, su amorío con Jean Tatlock (Florence Pugh), una mujer señalada de ser comunista y que a pesar de la diferencia de 10 años entre ellos, formó parte importante en la personalidad de nuestra protagonista. ¿Llevó a algún lado esta trama? La verdad es que no y es parte de una primera parte que seguro sacas adelante con una bebida bien fría y algunas palomitas.
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Después de esto, agárrate porque el trabajo actoral toma vuelo, Cillian demuestra su experiencia y cada mirada y gesto nos deja claro que Oppenheimer es un hombre fuera de este mundo. Su rostro delgado y tono de voz fuerte, son parte de la personalidad del padre de la bomba atómica, quien curiosamente, no buscaba destruir a la humanidad, pero sí demostrar que era capaz de ganarle a cualquier persona con su desbordante talento.
Esto último es acompañado con un deliciosa composición musical de Ludwig Göransson, quien fue conciente de la pesada carga dramática de la película y fue capaz de crear con instrumentos de cuerda algunas piezas sonoras que, solitas, te ponen la piel chinita. Ahora súmale la notable actuación de Cillian Murphy y la narrativa cargada de simbolismos y conexiones sociales de Nolan. No hay escena que no te interese ver hasta el final.
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Ahora hablemos del tan mencionado formato IMAX. Como sabemos, Christopher Nolan es adicto a este formato y esto lo agradecemos; pocos cineastas se atreven y también les financian proyectos tan caros, pues el formato de 70mm de la película, el doble del clásico 35mm, hace que las escenas tengan más definición, captan más luz, veamos más de arriba abajo. Todo lo que podría hacer falta para disfrutar de uno de los blockbusters del año, aunque ojo, para sacarle el máximo partido a este formato, debes asistir a una sala IMAX y en México no tenemos proyecciones láser en estas salas, pero vaya que lo disfrutarás.
Tenía que hablar de los 70mm para poner sobre la mesa el atrevimiento creativo del también director de la saga El caballero de la noche, pues sigue experimentando, sigue apostando por escenas surreales que parecieran no tener sentido o impacto directo con la historia, pues Nolan nos lleva dentro de la cabeza de Oppenheimer, vemos una representación de sus ideas como polvo flotante en el espacio. Sí, seguimos hablando de la misma película y son decisiones de Nolan que nos demuestra su curiosidad por seguir probando, ni siquiera él deja de experimentar y no tiene miedo de hacerlo.
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Es así como llegamos al punto de la edición, porque sí, Oppenheimer es una película que definitivamente se hizo en la sala de edición. Es así como los cortes precisos, el ritmo que se le da a la narrativa, es de lo más importante y notable de esta película. Trabajar con material de 70mm, una historia compleja por la carga histórica detrás, actuaciones de primer mundo y escenas que marcarán la historia del cine, no es fácil, pero la edición se vuelve una pieza clave para adentrarte a la historia llevada por un notable elenco: Robert Downey Jr., Emily Blunt, Matt Damon, Jason Clarke, Kenneth Branagh, por mencionar algunos.
Además la historia se cuenta en varios saltos de tiempo y para diferenciarlos, Christopher Nolan decidió filmar en blanco y negro el presente y a color el pasado. Una decisión que la agrega dinamismo y tensión a distintas escenas, como si esto hiciera falta a las exigencias tecnicas cinematográficas. Una vez más, Oppenheimer sigue agregando puntitos que los cinéfilos podrás recibir con una sonrisa de oreja a oreja.
Por supuesto no haré ningún spoiler, pero quiero recalcar algo: cuando llegue el momento de la famosa prueba Trinity, donde Oppenheimer y su extenso equipo de científicos probaron la primera versión de la bomba atómica, agárrate de tu asiento porque el aire tenso se sentirá en la sala, nadie se atreverá a abrir una bolsita de papas o darle un sorbo a su refresco. Estamos ante una de las escenas más impactantes en la carrera de Christopher Nolan y esto, ya es mucho que decir.
Oppenheimer es una película imperdible por su apuesta cinematográfica, quizá la más demandante de Nolan hasta la fecha. Además las actuaciones lideradas por Cillian Murphy seguirán siendo tema de conversación y seguramente caigan algunas nominaciones en la próxima época de premios. Esta película tiene un gran trabajo visual, sonoro, actoral, en libreto, vestuario y maquillaje, es una cinta para verse solo o acompañado, es una película que también reflexiona -desde cierta distancia- sobre las guerras y destrucciones masivas; es una cinta para verse y discutirse. Es Christopher Nolan. Es Cillian Murphy. Es Oppenheimer.
