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    EO
    Críticas
    5,0
    Obra maestra
    EO

    EO, una mirada inocente para aprender a sentir

    por Luis Fernando Galván

    En el último par de años se han estrenado dos películas esenciales sobre el mundo animal. La primera es Gunda de Viktor Kosakovskiy, que sigue la vida de una cerda en su granja hasta la conmovedora separación de sus cachorros. La segunda es Cow, dirigida por Andrea Arnold, sobre la vida de la vaca en los pastos verdes y libres hasta el parto inducido y el imperativo inexorable de producir leche. Ambos documentales podrían ser hermanos espirituales de EO,  pero la más reciente película de Jerzy Skolimowski es una ficción poderosa que funciona mucho mejor como la hija predilecta de una de las obras maestras de la historia del cine: Al azar de Baltasar, aquella alegoría desgarradora de la ingratitud humana confeccionada en 1966 por Robert Bresson y contada a través de la historia del pobre burro Baltasar y su tortuoso camino de amo en amo.

    La película nominada al Oscar 2023 en la categoría de Película Internacional representando a Polonia se centra en EO, un burro apacible, de mirada dulce y resignada, que trabaja obedientemente en un circo. Aunque el animal es respetado, amado, acariciado y cuidado por su dueña, la acróbata Kasandra (Sandra Drzymalska), se ve obligado a abandonar su hogar debido a los reclamos de los activistas que luchan por los derechos animales. Pero estos grupos, una vez que logran su cometido (la suspensión del circo) no muestran mayor interés en las especies animales que quedan a la deriva. A partir de ese momento comienza, para EO, un recorrido vital entre emociones y abandonos, violencias y recuerdos. Arrancado del mundo en el que creció, se embarca en una odisea, experimentando la crueldad y la bondad, ayudado u obstaculizado por varios personajes, mientras mira impasible las locuras, los egoísmos y los caprichos compasivos de la humanidad. 

    Que el hombre sea el peor de los animales no es una novedad (una afirmación que la utiliza como línea de apertura la espléndida y apocalíptica El caballo de Turín de Béla Tarr), pero el animal lo comprueba en carne propia. Se encuentra con fanáticos del fútbol, ​​entre otros, que primero lo adoptan, luego, después de una pelea con los oponentes, lo golpean brutalmente. A decir verdad, a veces también hay un destello de esperanza, es decir, ayudantes, aliados que intentan dirigir la parábola del burro en un trayecto positivo, que lo curan y cuidan después de las graves heridas. 

    EO también sabe recordar; en flashbacks se representan sus memorias, emociones y, por lo tanto, sus pensamientos. Registra lo grotesco de las tierras que pisotea mientras que el espectador se percata que el mundo es un lugar misterioso cuando se ve a través de los ojos de un animal. El burro no tiene un objetivo, tampoco un propósito de salvación, pero experimenta alegrías y dolores. Soporta la rueda de la fortuna existencial por casualidad, convirtiendo su suerte en desastre y su desesperación en felicidad inesperada.

    Canibal

    El director de Cuatro noches con Ana (2008) y 11 minutos (2015) ofrece una película sobre la inocencia a preservar en un mundo definido por él mismo como “cínico y despiadado, hostil, donde la ternura y amabilidad pueden ser vistas como ingenuidad o como signo de debilidad”. El trayecto del burro podría ser equiparado a una parábola cristológica sobre sacrificio, sufrimiento y martirio, pero fundamentalmente simboliza la libertad y el amor a la vida, a través de los ojos de un animal amable, cuyo viaje por el mundo se enriquece con fragmentos de vida real dotados de dulzura y crueldad.

    Canibal

    Los burros no saben lo que es actuar, no pueden fingir nada, simplemente son. Son amables, reflexivos, respetuosos, educados y leales. Viven el presente al máximo, nunca muestran narcisismo. A través del andar de EO percibimos que surcar la naturaleza es ante todo una experiencia primigenia, entendida como el desmoronamiento de la civilización. Es un trayecto que no sólo implica el desplazamiento de un sitio a otro, sino que, primordialmente, implica transitar de la expansión a la huida, de la fundación al autodescubrimiento. EO es una huella tan profunda que a menudo olvidamos que viajar es transformación, no ilusión. 

    El director polaco, que ahora tiene 84 años, ha demostrado ser un visionario con películas como Deep End (1970) y Essential Killing (2010). Planifica y escenifica la historia a través de una dialéctica entre lo subjetivo y lo objetivo, es decir, nos deja ver desde el ojo del burro alternando con imágenes del mundo que nos rodea. Pero sobre todo construye atisbos visuales de gran poder imaginativo, que a pesar de su edad (o gracias a ella) se nutren de la contemporaneidad, del cine experimental, del videoarte y del ojo pictórico de cineastas como Aleksander Sokurov o pintores como Caspar David Friedrich (el plano del burro cruzando el puente, que se clava en el centro en toda su soledad es de una poderosa carga estética y sensibilidad del romanticismo).

    Canibal

    Skolimowski abandona cualquier referencia al ascetismo bíblico de Bresson para llevar la película a territorios mucho más híbridos, donde el drama se vincula con lo grotesco, y la violencia puede estallar de las formas más insospechadas. Estamos ante una obra que se desliga de los dramas humanos para mirar el mundo desde otro punto de vista más amplio. Una película única, pequeña pero al mismo tiempo monumental, que al insinuarse en esa frontera narrativa entre tradición e innovación, encuentra su rumbo en el camino de la inmortalidad artística.

    EO es una experiencia sensorial, un prodigio cinematográfico que reflexiona sobre el desorden de la visión a partir de esas imágenes en el rojo escarlata vibrante de la primera secuencia, que uno se pregunta si es o no una forma de daltonismo, una alteración de la mirada, como para sugerir la incapacidad del ser humano para percibir la naturaleza (y por lo tanto para conocerla). Pero también por su capacidad de representar algo inmensamente aterrador, peligroso e indistinto. De hecho, la mirada de la inocencia no es sólo la de EO, sino la del espectador que quiere hacer este viaje, volver a aprender a sentir más que a comprender.

    EO
    EO
    Fecha de estreno 9 de marzo de 2023 | 1h 29min
    Dirigida por Jerzy Skolimowski
    Con Sandra Drzymalska, Tomasz Organek, Mateusz Kosciukiewicz
    Usuarios
    3,0
    Sensacinemx
    5,0

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