Estoy todo lo iguana que se puede es una cinta de drama, coescrita y dirigida por Julián Robles (cortometraje Catarsis), que sigue la historia de Doña Dominga, la matriarca de una familia ubicada en la playa de El Palmarcito, al sureste de México, quien está enfrentando la reciente pérdida de Efraín, el patriarca de la familia. Ante la tragedia, Dominga se ve obligada a reestructurar la familia, por lo que su nuera Mercedes, su nieta Indira y sus hijos Gerardo y Elia deberían adaptarse al plan, uno que ninguno muestra determinación o fe. Pero las cosas se complican aún más cuando, aterrados de la soledad cósmica, derivada del paso de un eclipse solar y sintiendo una desesperanza, un extraño y misterios visitante se aparece para alterar el curso de sus vidas, para bien y para mal.
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