Albert Cavallé, conocido como “el estafador del amor” contacta con sus víctimas a través de webs de citas para enamorarlas con la intención de estafarlas económicamente. Se sabe que ha estafado a 32 mujeres, en algunos casos, ganó hasta 60,000 euros. Aquí, un grupo de personas, un tema a debatir (la detención de un seductor profesional) y la cámara siempre vigilante de Virginia García del Pino. La estafa del amor es la suma de esos tres elementos, una película en directo en la que la premisa inicial permite lanzar una reflexión colectiva sobre enamoramientos, romanticismos y demás aristas del corazón humano. Rodado a lo largo de dos fines de semana en Cineteca de Madrid, el filme actualiza y reformula la Encuesta sobre el amor de Pasolini para abordar las relaciones en la era de Tinder e Instagram en un cruce de sociología, antropología y cine articulado en torno a la figura de ese donjuán.