El último samurái

En la década de 1870, el capitán Nathan Algren pasa sus días alcoholizado, intentando olvidar las atrocidades que cometió durante la Guerra Civil, comandando campañas contra los indios nativos americanos. Sumido en la depresión y angustia, Algren también se siente ajeno al mundo actual, uno que ha cambiado desde la guerra, donde el honor se ha perdido y el interés personal es más importante que el colectivo. Para sobrevivir, el capitán se alquila al mejor postor, quien, en esta ocasión, es un antiguo teniente de su compañía, el cual lo contrata para que viaje a Japón y entrene a reclutas campesinos, seleccionados por el Emperador, para empezar y dominar el uso de las armas de fuego. A su llegada, su primera misión es reprimir una rebelión organizada por los samuráis, guerreros tradicionales y herederos e una dinastía sagrada y espiritual. Algren es incapaz de detenerlo y es herido en la batalla, solo para despertar en el hogar de un guerrero samurái, que le ayuda, lo protege y le enseña las tradiciones de los guerreros.