Robert y Frances están oficialmente divorciados, aún así, nada se ha resuelto, incluso después de todo el papeleo, porque es entonces cuando entran todos los cambios reales en su vida: los cambios en el estado fiscal, cuantas veces verán a sus hijos, incluso hasta el uso de su verdadero nombre. Y En el caso de Frances y Robert, quienes claramente se desenamoraron el uno del otro, surge la pregunta ¿es eso algo que realmente se pudo prevenir?. Por otro lado, Robert ya no está durmiendo en una casa sin terminar, sino en un apartamento sin decoración. En cuanto a los hijos, Tom parece estar lidiando cn la separación bastante bien, pero Lila es un demonio proveniente del infierno, tan miserable que ignoramos qué podría suceder para hacerla sentir mejor, sobretodo ahora que ambos padres se encuentran buscando nuevas "almas gemelas" para que coincidan con sus nuevos estilos de vida.
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