Ruth y resto de las chicas están listas para adueñarse del ring en su nueva residencia en Las Vegas. Ahora siendo el espectáculo principal del hotel y casino Fan-Tan, las chicas comienzan a descubrir que la famosa "ciudad del pecado" es mucho más que vicios y brillo. El entusiasmo de Ruth por el show provoca que su vida personal se vea afectada. Por su parte, Debbie continúa luchando para convertirse en la productora que tanto desea, aunque la culpa de estar tan lejos de su hijo comienza a afectar su juicio. Conforme se van adaptando a su nueva fama, las líneas entre la actuación y la realidad comienza a ser cada vez más borrosas, y las chicas batallan en mantener sus alteregos solamente en el cuadrilátero.