Bendito sea el fruto, esta cuarta temporada aborda las consecuencias de los actos de June (Elizabeth Moss) al lograr que más de 80 niños salieran de Gilead y encontraran refugio en Canadá. La protagonista se vuelve la líder de la rebelión, lo cual, la pone en situaciones difíciles y de mucha tortura, puesto que la tía Lydia no está nada contenta con la fuga de los infantes. June será sometida a interrogatorios dolorosos, al mismo tiempo que asume riesgos que la pondrán en peligro en más de una ocasión. Aunado a esto, su sed de venganza y libertad amenazan con consumir su verdadero ser, lo que podría afectar a sus relaciones más cercanas y queridas. Por su puesto, también se ven los esfuerzos de Luke (O. T. Fagbenle) por conseguir un hogar a todos los niños rescatados mientras intenta seguir ayudando a su todavía esposa en la distancia. En cuanto a Serena (Yvonne Strahovski), por azares del destino se vuelve a ver unida con su marido psicópata, Fred (Joseph Fiennes) Además, entran en juego no solo los problemas frecuentes de la propia Gilead sino también los del país vecino, Canadá, el cual tiene que averiguar cómo lidiar con los graves conflictos que atañen a un lugar que se parece más a la época del oscurantismo, con la carencia de información y los juicios a puerta cerrada cuyas consecuencias resultan imprevisibles.