Para las primas y compañeras de piso, Léa y Manon, la vida se volverá algo complicada cuando decidan tomarse un descanso de las redes sociales y toda la tecnología a su alrededor durante 30 días. Ambas llegan a la conclusión de cumplir con este reto porque sus vidas se han vuelto un caos desde que han notado que ya no pueden despegarse de lo que pasa en las redes de otros, como de sus ex parejas o el querer siempre destacar ante sus contactos tan sólo por demostrar que llevan una maravillosa vida. Estas primas deberán ingeniárselas para no sucumbir ante ciertas presiones sociales que quieran arrastrarlas de nuevo a su vicio con la tecnología, por lo que no será nada sencillo desapegarse de sus teléfonos, pero cuando lo vayan logrando se darán cuenta que en realidad su vida sí va más allá de todo lo que pasa en la virtualidad. Manon y Léa serán capaces de ver lo que el mundo tiene para ofrecerles, cómo pueden disfrutar de pequeños placeres sin la necesidad de publicarlo, incluso conocerán personas con las que podrán ser ellas mismas sin tener que fingir. Su nueva vida sin tecnología aunque en un inicio no vaya resultando tan exitosa, al poco tiempo podrán apreciar que sí pueden vivir sin aquel mundo virtual que tanto las mantenía conectadas.