En Japón durante el siglo XVI existió uno de los samuráis más famosos de todos los tiempos que no era precisamente japonés, sino un esclavo proveniente de Mozambique. Yasuke llegó a las tierras de la nación del sol naciente en un barco junto a misioneros jesuitas que contaban con sus propios esclavos, pero debido a su gran altura y fuerza fue notado por Odu Nobunaga, un señor feudal. Odu decidió que este joven se adentrará en las artes marciales japonesas para convertirse en samurái, pues vio un gran potencial en él y pronto Yasuke logró el cometido que Odu tuvo para él. Aunque Yasuke se volvió muy diestro con la katana y siendo un gran guerrero, a pesar de su grandes habilidades y brillantez, sigue sufriendo de racismo; así que en la historia se mostrará todos los obstáculos no sólo de combate sino en su día a día que tuvo que enfrentar. La leyenda que dejó marcada Yasuke no surgió de la noche a la mañana, pues éste trabajo muy duro para poder destacar entre los demás y dejar clara su valía.