Inmediatamente después de la caída de los ángeles a manos de Metatron, el escriba de Dios, Sam entra en un estado de coma, debido a las tareas que realizó para cerrar las puertas del infierno, dejándolo al filo de la muerte. Con Castiel siendo incapaz de ayudar debido a la perdida de su poder, Dean busca la ayuda de otro ángel llamad Ezequiel, cuya única opción para salvar a Sam de sus heridas es poseyéndolo. Dean acepta y junto a Ezequiel engañan a Sam para que de su consentimiento sin estar enterado de los planes. Ahora los tres junto a Kevin, tratan de encontrar una forma de regresar a los ángeles de vuelta al paraíso, además de tener que enfrentarse a Abaddon, un caballero del Infierno, quien trata de apoderarse del cielo en la ausencia de Crowley. A medida que la historia avanza y los Winchester tienen perdidas en el camino, Dean y Crowley se unen para buscar las únicas armas que pueden asesinar a Abaddon: La primera espada y la Marca de Caín.