La caída de Rodrigo Borgia empieza a establecerse, con la misma intensidad en que se dio su súbito y corrupto ascenso. Poco a poco, las consecuencias de sus propios actos han empezado a aparecer y a cobrar su parte. Lucrezia ha elegido esposo, después de largos debates y arrepentimientos; pero lejos de resolver un asunto pendiente, la decisión ha traído a la mesa más disputas políticas y conflictos maritales.
César, por su parte, disfruta la ausencia de su hermano Juan y sus ambiciones parecen no tener fin, todo como parte de un terrible plan, con el que pretende convencer a su padre sobre sus capacidades y fortalezas para heredar un puesto. Rodrigo se ha recuperado del atentado y todavía vive las secuelas de la venganza hacia los responsables. Pero, a raíz de esa acción, ahora se han sumado varias familias más al frente que pretenden retirarlo del poder y hacerle pagar por todos sus crímenes. El final está cerca y Rodrigo se prepara para ello, aunque no de la forma en que todos esperan.