Richard Poole es un detectie inglés con una personalidad bastante reservada, él no posee un gran sentido del humor y le gusta ser bastante cuidadoso con cada caso al que es asignado. Él es enviado a la isla de Saint-Marie para investigar el asesinato de uno de sus compañeros, por lo que al llegar a este lugar él se dedica a encargarse de su trabajo hasta que es avisado de que en realidad se volverá el nuevo Inspector Jefe de la isla, lo cual lo toma por sorpresa. Richard ahora tendrá que adaptarse a vivir en Saint-Marie y trabajar con un nuevo equipo que incluye a la detective Camille, quien será su compañera para todos los casos, sólo que ella posee una personalidad totalmente opuesta. Camille no es tan metódica y más bien le gusta tomarse ciertas libertades, pues de algún modo su proceso siempre resulta, pero ahora que Richard está ahí no podrá seguir trabajando de esa forma. Los dos deben aprender a llevarse bien y encontrar una sintonía para poder resolver los crímenes que azotan a la isla.