Victor Fleming entró a la industria del cine como doble de acción en 1910: en su mayoría, realizaba escenas manejando. Después surgió su interés por estar del otro lado de la cámara y consiguió un puesto como camarógrafo en la mayoría de las películas de Douglas Fairbancks. Pronto pasó a dirigir sus propias películas: su primer gran éxito fue The virginian (1929), que fue la responsable de lanzar a la fama al actor Gary Cooper. El éxito de Fleming no hizo más que subir durante los años treinta, época en la que realizó muchas películas que hoy se consideran clásicos: Red Dust (1932), Bombshell (1933), Treasure Island (1934), y las que definitivamente definieron su carrera: Lo que el viento se llevó (1939) y El mago de Oz (1939). Su carrera de alguna manera decayó y, con la excepción de El hombre y la bestia (1941), la mayoría de las películas que realizó en los años cuarenta no fueron particularmente exitosas. La estrella de Victor Fleming, quien llegara a ser uno de lo más importantes cineastas en la industria cinematográfica del Hollywood clásico, murió el 6 de enero de 1949 a causa de un paro cardíaco.