En los momentos más oscuros de la vida, puede surgir la inquietante sospecha de que quienes te rodean no tienen buenas intenciones. A veces, la sociedad, o incluso la realidad misma, parece desdibujarse, tornándose extraña, amenazante, falsa. Este tipo de percepciones han sido el terreno fértil para algunas de las películas más paranoicas del cine, como The Conversation de Francis Ford Coppola, un thriller minimalista donde la obsesión por la vigilancia y la privacidad sume al protagonista en un espiral de paranoia creciente.
Otros filmes, como Matrix de las hermanas Lana y Lilly Wachowski, han llevado esa sensación a un nivel más metafísico, donde el mundo que crees real podría ser solo una ilusión controlada por fuerzas ocultas. Hace una década, It Follows de David Robert Mitchell convirtió el miedo en una figura siempre presente, implacable y enigmática. Ya sea desde la ciencia ficción, el suspenso o el terror psicológico, estas películas comparten un mismo objetivo: hacerte dudar de todo y dejarte con la incómoda sensación de que el mundo es un lugar mucho más peligroso y mentiroso de lo que imaginabas.
‘Sobreviven’

En esta provocadora película de John Carpenter, el protagonista encuentra unas gafas que le revelan la verdadera naturaleza del mundo: un sistema de control visual y social dominado por entidades alienígenas disfrazadas de humanos. Con ellas puestas, descubre que toda la publicidad, los medios y las figuras de autoridad emiten mensajes ocultos como "Obedece" y "No cuestiones la autoridad", y que los poderosos son, en realidad, monstruosas criaturas.
Estrenada en los años 80, Sobreviven no ha perdido vigencia. Su propuesta, aunque exagerada, resuena con inquietante claridad en tiempos de vigilancia masiva, fake news y desconfianza hacia las élites. La paranoia que genera esta historia se instala al hacerte preguntarte si lo que ves y crees ha sido cuidadosamente diseñado para mantenerte dormido. Después de verla, uno no puede evitar mirar con sospecha la próxima valla publicitaria.
‘Ojos bien cerrados’

La última película de Stanley Kubrick nos introduce en una atmósfera inquietante y cargada de simbolismo. Tom Cruise interpreta a Bill Harford, un médico cuya aparente vida perfecta se desmorona tras una confesión de su esposa (Nicole Kidman). En su desconcierto, Bill se adentra en una red de poder y placer oculta, culminando en una ceremonia sexual secreta donde la amenaza es tan elegante como real y peligrosa.
Ojos bien cerrados no da respuestas claras. Lo que queda es la sensación de que hay fuerzas ocultas moviendo los hilos de la vida social, que algunos tienen acceso a secretos inconfesables y que el precio por acercarse a ellos es alto. El miedo no proviene de lo sobrenatural, sino de lo humano: del poder que no se ve y que puede hacerte desaparecer con solo desearlo.
‘El hombre de mimbre’

En este clásico británico del folk horror dirigido por Robin Hardy, el sargento Howie llega a una isla remota para investigar la desaparición de una niña. Los habitantes, adoradores de un culto pagano, niegan su existencia y parecen esconder algo tras su aparente hospitalidad. La sensación de extrañeza crece con cada escena, hasta revelarse el escalofriante final: el policía ha sido manipulado desde el inicio y ha llegado solo para ser sacrificado.
El hombre de mimbre juega con la paranoia del forastero que llega a una comunidad cerrada y comienza a perder el control. Howie cree que impone la razón, pero es él quien ha sido elegido como víctima. El horror no radica solo en el sacrificio, sino en el hecho de que todo ha sido planificado desde el principio, con una precisión que convierte la paranoia en certeza.
‘Ciudad en tinieblas’

Alex Proyas ofrece una obra inquietante donde la identidad y la percepción son completamente manipuladas. John Murdoch despierta sin memoria en una ciudad que nunca ve la luz del sol, perseguido por figuras siniestras llamadas los Strangers. Pronto descubre que estos seres alteran las memorias de todos para experimentar con la esencia humana. La ciudad, literalmente, cambia de forma cada noche.
El giro más desconcertante llega al descubrir que la ciudad no está en la Tierra, sino flotando en el espacio. ¿Qué es real cuando tus recuerdos no te pertenecen? Ciudad en tinieblas lleva la paranoia al extremo filosófico: no puedes confiar en tu pasado, ni en lo que sabes, ni siquiera en lo que sientes. Un rompecabezas oscuro que te hará cuestionar tu propia existencia.
‘El juego’

David Fincher construye una pesadilla elegantemente orquestada en la que el protagonista, Nicholas Van Orton (Michael Douglas), cree tener el control de su vida hasta que es arrastrado a un “juego” diseñado especialmente para él. Lo que empieza como una propuesta intrigante, se convierte en una pérdida total de control donde cada encuentro y cada objeto parecen estar manipulados para empujarlo al límite.
La genialidad de El juego está en que, como espectador, uno nunca sabe dónde termina la realidad y comienza la puesta en escena. ¿Es todo parte del juego? ¿O realmente lo están destruyendo? La paranoia se intensifica hasta el último segundo, y cuando todo se resuelve, lo único claro es que la experiencia ha dejado una huella imborrable, tanto en el personaje como en quien mira. Después de verla, confiar en alguien ya no será tan fácil.