‘Rey Arturo: La leyenda de la espada’ es la versión más salvaje y moderna del mito artúrico. Dirigida por Guy Ritchie y protagonizada por Charlie Hunnam, esta fantasía frenética y rebelde puede verse hoy en HBO Max.
Guy Ritchie es un cineasta identificado con el vértigo, el montaje acelerado y los personajes que se abren camino a golpes en mundos hostiles. Aunque su nombre suele asociarse al cine criminal y a la acción urbana con títulos como Snatch, cerdos y diamantes y RockNRolla, en 2017 decidió dar un salto inesperado hacia la fantasía épica con Rey Arturo: La leyenda de la espada, una reinterpretación explosiva del mito artúrico que hoy puede verse en HBO Max y que, con el paso del tiempo, ha encontrado nuevos defensores.
Un Arturo criado en la calle desde la mirada de Guy Ritchie
Esta versión del legendario rey se aleja por completo del tono solemne y caballeresco. Interpretado por Charlie Hunnam, Arturo es aquí un huérfano que crece en los callejones, aprende a sobrevivir a golpes y desconfía del poder. Cuando logra sacar la espada de la piedra, no se convierte de inmediato en héroe, sino en un hombre obligado a aceptar un destino que nunca pidió, enfrentándose a su linaje con la misma rabia con la que se abrió paso en la calle.
Ritchie aplica su sello visual sin concesiones: montaje agresivo, música estridente, combates coreografiados como si fueran peleas de barrio y una narrativa que avanza a toda velocidad. El resultado es una fantasía sucia, ruidosa y profundamente contemporánea, más cercana al cine de acción moderno que a las adaptaciones clásicas de Excalibur. Aquí no hay épica solemne, sino adrenalina pura.
Un elenco que sostiene el caos y la rebeldía de ‘Rey Arturo: La leyenda de la espada’
Jude Law se roba buena parte de la película como Vortigern, el tío traidor que asesina al padre de Arturo y se apodera del trono mediante pactos oscuros y magia sangrienta. Su interpretación aporta gravedad y ambición a un relato que, entre efectos digitales y secuencias frenéticas, encuentra en el villano uno de sus pilares más sólidos.
Además de Hunnam y Law, la película cuenta con un reparto que incluye a Djimon Hounsou, Eric Bana y Àstrid Bergès-Frisbey, quienes aportan matices a un universo saturado de estímulos visuales. Incluso apariciones inesperadas refuerzan la sensación de que estamos ante un experimento desbordado, pero nunca tímido, que apuesta todo a su identidad propia.
Con un presupuesto cercano a los 175 millones de dólares, La leyenda de la espada fue un sonoro fracaso comercial y enterró los planes de convertirla en una franquicia. Sin embargo, con el paso de los años, el público ha sido más generoso que la crítica. Mientras su recepción inicial fue dura, hoy muchos espectadores destacan su energía, su propuesta distinta y su capacidad de entretenimiento sin complejos.
Lejos de ser una adaptación definitiva del mito artúrico, la película funciona como una anomalía fascinante: un Rey Arturo punk, criado entre ladrones y peleas, enfrentado a un reino corrupto con el mismo lenguaje visual de los thrillers modernos. Imperfecta, excesiva y ruidosa, es una opción ideal para quienes buscan una épica distinta, irreverente y cargada de adrenalina.