Esta increíble joya oculta en Netflix vale cada peso de tu suscripción
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

En un catálogo lleno de opciones ligeras y predecibles, esta cinta destaca por atreverse a ir por otro camino. Si alguna vez te has preguntado si Netflix realmente vale lo que pagas, esta cinta te dirá por qué sí.

En Netflix hay de todo. Series que se vuelven fenómeno global como Merlina, historias para disfrutar como Emily in Paris, éxitos animados para toda la familia como Super Mario Bros: La película y hasta joyas navideñas que ya son tradición, como Klaus. El catálogo del gigante del streaming es enorme, variado y está pensado para que siempre encuentres algo que ver, aunque muchas veces eso implique pasar más tiempo buscando que disfrutando.

Entre tantos estrenos y títulos que aparecen en el top 10, hay películas que pasan desapercibidas. No porque sean malas, sino porque no son fáciles digerir. Estas cintas no están hechas para verse con el celular en la mano ni para poner de fondo mientras haces otra cosa: son historias densas, incómodas, de esas que exigen atención y paciencia.

Un retrato oscuro de la América profunda

Una de esas joyas ocultas es El diablo a todas horas, está disponible desde hace tiempo y merece mucho más reconocimiento del que tuvo en su estreno. Ambientada en las zonas rurales del sur de Ohio y Virginia Occidental, la película nos lleva desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 60. No es un viaje nostálgico ni amable: sino un descenso lento y constante hacia lo más retorcido del alma humana.

La historia sigue a varios personajes marcados por la violencia, la religión mal entendida, el trauma y la desesperación. Willard Russell es un veterano de guerra atormentado por lo que vivió en el Pacífico Sur. De regreso a casa, intenta salvar a su esposa Charlotte de una muerte agonizante por cáncer, aferrándose a una fe torcida que lo lleva a realizar sacrificios sangrientos con la esperanza de un milagro.

Al mismo tiempo, conocemos a Carl y Sandy Henderson, una pareja de asesinos en serie que recorre las carreteras de Estados Unidos buscando víctimas que encajen en su retorcido ritual. También está Roy, un predicador que manipula la fe y el miedo, acompañado por Theodore, un joven paralítico con un talento casi celestial para la guitarra.

Y en medio de todo este caos está Arvin Eugene Russell, el hijo huérfano de Willard y Charlotte. Un joven que crece intentando ser bueno en un mundo que constantemente le enseña lo contrario. La violencia lo rodea desde niño, y aunque lucha por no convertirse en aquello que odia, descubre que a veces la brutalidad parece ser la única forma de sobrevivir.

Una película que no te da respiro

Aquí no hay héroes clásicos ni caminos fáciles. El diablo a todas horas es una película áspera, incómoda y profundamente compleja. Cada personaje carga con su propia cruz y, en la mayoría de los casos, termina aplastado por ella.

Uno de los grandes atractivos de esta cinta es su reparto. Tom Holland se aleja por completo de su imagen de superhéroe para entregar una de las actuaciones más crudas de su carrera. Robert Pattinson aparece como uno de los predicadores más perturbadores que ha dado el cine reciente. Bill Skarsgård, Riley Keough, Jason Clarke y Sebastian Stan completan un elenco de lujo.

El diablo a todas horas no es una película fácil ni para ver a la ligera. Es lenta, oscura y brutal. No busca entretener de forma convencional ni ofrecer consuelo al espectador. Pero justamente por eso se siente honesta.

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