La 75ª edición de la Berlinale concluyó ayer con un momento histórico para el cine mexicano, ya que en la sección Perspectivas -que celebra las mejores óperas primas- el cineasta Ernesto Martínez Bucio fue galardonado con el Oso de Plata por su filme El diablo fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja). Además del prestigioso reconocimiento, el director recibió un premio de 50 mil euros.
La cinta está inspirada en un poema de Karen Plata, quien también coescribió el guion junto a Martínez Bucio. La historia se centra en cinco niños de entre 8 y 14 años, todos actores no profesionales, que habitan una casa junto a su abuela, en ausencia de sus padres.
Con un enfoque intimista, el filme retrata la cotidianidad de los niños y la compleja dinámica familiar que surge a raíz del abandono parental, la intervención de las autoridades y la fragilidad mental de la abuela, quien se encuentra a cargo de los menores. A través de sutiles acercamientos a los rostros infantiles y grabaciones en cámara de video, Martínez Bucio logra una atmósfera de realismo que invita al espectador a sumergirse en la intimidad del hogar y en los vínculos fraternales que sostienen la historia.
IMCINE
El director detalló que su objetivo era explorar la complejidad de las relaciones entre hermanos, ejemplificándolo con una situación dolorosa pero inevitable: asistir al funeral de un progenitor sin haber tenido contacto con los hermanos durante años. En su visión, el lazo que une a estos personajes no es sólo la sangre, sino las heridas emocionales que los acompañan toda la vida.
El Oso de Oro a Mejor Película fue otorgado a Dromer (Dreams, Sex, Love), como una cinta noruega que explora la historia de una adolescente cuyo amor y deseo se centran en su profesora de arte. La historia, protagonizada por Ella Overbye y dirigida por Johan Haugerud, se erige como la culminación de una trilogía que profundiza en la intimidad emocional y física. Todd Haynes, presidente del jurado, destacó la brillantez de las interpretaciones y la forma en que la película aborda el deseo y el acto de escribir.
El Oso de Plata del Gran Jurado recayó en El rastro azul, una película distópica del brasileño Gabriel Mascaro sobre el envejecimiento en el Amazonas. Huo Meng, de China, fue reconocido como Mejor director por Living the Land, mientras que el Premio del Jurado fue para El mensaje, del argentino Iván Fund.
IMCINE
Durante la ceremonia, Fund destacó la importancia del premio en medio de la crisis cultural que atraviesa Argentina: "El cine está siendo atacado, pero este pequeño oso es un contrapeso que demuestra que el cine seguirá viviendo y prosperando".
En cuanto a las actuaciones, la australiana Rose Byrne obtuvo el Oso de Plata a Mejor Interpretación por If I Had Legs, I’d Kick You, una reflexión intensa sobre la maternidad, mientras que el irlandés Andrew Scott fue reconocido como Mejor actor de reparto por su trabajo en Blue Moon, dirigida por Richard Linklater.