Netflix ha sabido posicionarse como una de las plataformas favoritas del público para descubrir miniseries criminales intensas, adictivas y con una ejecución impecable. Desde thrillers escandinavos hasta historias de crímenes reales dramatizadas, el catálogo ofrece opciones para quienes buscan un maratón de fin de semana. En esta ocasión, llega una producción sueca que ya está generando conversación en redes: La cúpula de cristal.
Con tan solo seis episodios, esta serie es perfecta para quienes disfrutan de las tramas oscuras con capas psicológicas y profundas exploraciones del trauma. Escrita por la reconocida autora de novelas criminales Camilla Läckberg, La cúpula de cristal presenta una historia inquietante sobre desapariciones, heridas del pasado y el peso de los recuerdos que nunca terminan de sanar.

Trauma, secretos y un pueblo marcado por el miedo: así es el nuevo thriller escandinavo de Netflix
La historia sigue a Lejla Ness (Léonie Vincent), una criminóloga que regresa al pueblo sueco donde creció tras la muerte de su madre adoptiva. Pero lo que debería ser un viaje de despedida se transforma rápidamente en una pesadilla cuando la hija de una amiga cercana desaparece en circunstancias misteriosas. Lo perturbador: el caso guarda escalofriantes similitudes con su propia infancia, cuando fue secuestrada y mantenida prisionera en una jaula de cristal.
A medida que Lejla se involucra en la investigación, comienzan a emerger tensiones en la comunidad. Viejos secretos y sensaciones de desconfianza empiezan a tejer una red de sospechosos. La policía local, encabezada por el intenso Tomas (Johan Rheborg), no está dispuesta a dejar que una forastera, aunque sea experta en criminología, se interponga en su camino, lo que añade fricción a una búsqueda contrarreloj.

Visualmente, la serie destaca por una cinematografía fría e hipnótica que refleja la atmósfera tensa del pueblo. Con un uso eficaz de los flashbacks, La cúpula de cristal no solo narra una investigación, sino que también ofrece una mirada al impacto psicológico que un trauma infantil puede dejar en la adultez. Lejla, marcada por la incertidumbre y los recuerdos distorsionados, se convierte en el centro emocional y narrativo de la serie.
Si bien la serie mantiene una narrativa ágil y atrapante, su recta final podría parecer exigente para algunos espectadores. Aun así, La cúpula de cristal consigue mantener el interés hasta el último minuto gracias a personajes bien construidos, un guion sólido y una atmósfera envolvente. Es un thriller que mezcla lo íntimo con lo policial, y lo hace con estilo y tensión bien dosificada.