Brad Pitt pasó de ser el crush de todo Hollywood a convertirse en uno de los actores más famosos de la industria cinematográfica. Desde que el público lo vio golpeando a Edward Norton y a Jared Leto en El club de la pelea, resolviendo crímenes perturbadores en Se7en, o llevando a cabo una misión compleja al otro lado del mundo en Tren bala, han habido muchos momentos en los que Pitt ha demostrado que tiene talento de sobra.
Pero no todo es carisma, sino que también hay que tener visión para elegir los proyectos adecuados. Con los años, Pitt se ha convertido en un jugador clave en la industria del séptimo arte, donde no sólo actúa, sino que también produce, se involucra y, más de una vez, ha salvado películas del olvido con solo confiar en ellas. El mejor ejemplo es una cinta que en su momento parecía no tener mucha oportunidad, que estuvo a punto de morir, sin embargo, el empeño de Pitt hizo lo llevó a los Premios Oscar gracias a su increíble interpretación.
Si bien El juego de la fortuna se ubica como una películas deportivas más aclamadas del siglo XXI, la cinta estuvo a nada de no ver la luz. Antes de que las cámaras empezaran a rodar y Brad Pitt se pusiera en los zapatos de Billy Beane, el proyecto estaba prácticamente pasando a mejor vida. Cuando Sony adquirió los derechos de la obra original, el proyecto estaba a cargo de David Frankel, quien abandonó el proyecto por irse El diablo viste a la moda, y dejó el puesto a Steven Soderbergh.
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Sin embargo, la visión de Soderbergh no fue del agrado del estudio, y terminó por marcharse. "Estaba muerta", declaró el actor de Bastardos sin gloria a The Hollywood Reporter en 2012. Pero Pitt, sabiendo el potencial de la historia, se aferró al proyecto y se puso manos a la obra para rescatar la cinta. "No habría 'Los juegos de la fortuna' sin él. La salvó él solo, y se merece el crédito por su existencia", dijo el productor Scott Rudin sobre el papel de Pitt en la cinta.
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Con todo en orden y el involucramiento de Pitt, El juego de la fortuna se estrenó en 2011 y fue un éxito tanto para la crítica como para el público. Por supuesto, el esfuerzo de Pitt fue recompensado y le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor. Y no sólo eso: la cinta también fue candidata a Mejor Película, Mejor Guion Adaptado, Mejor Montaje, entre otras categorías. Todo esto fue gracias a que Brad Pitt puso su mirada en un proyecto que estuvo a punto de no existir.
