Cómo entrenar a tu dragón, la exitosa película animada de DreamWorks estrenada en 2010, conquistó al mundo con la entrañable amistad entre Hipo y su dragón, Chimuelo. La saga no solo destacó por su emotiva historia, sino también por su impresionante diseño visual. Sin embargo, pocos saben que uno de los cambios más importantes del filme ocurrió durante la producción: Chimuelo no siempre fue negro.
En sus primeras versiones de diseño, Chimuelo (Toothless, en inglés) tenía un aspecto completamente diferente; los bocetos iniciales lo presentaban con colores más brillantes, escamas verdes y un físico más pequeño, parecido a un dragón doméstico o incluso a una iguana. El equipo creativo exploraba diferentes combinaciones de formas, colores y texturas antes de llegar al diseño definitivo que todos conocemos.
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Sin embargo la transformación radical ocurrió cuando los directores decidieron que la relación entre Hipo y Chimuelo debía ser aún más especial, única y profunda. Inspirados por el comportamiento de gatos, perros e incluso aves, optaron por darle a Chimuelo un cuerpo más grande, expresivo y con movimientos suaves. El color negro azabache fue una decisión estética y simbólica: le daba un aire misterioso, elegante y poderoso, alineado con la idea de un dragón raro y único como el Furia Nocturna.
Este rediseño no solo cambió su aspecto, sino también el tono emocional de la película. Al pasar de un dragón "lindo" y caricaturesco a uno majestuoso, con un diseño más sobrio y detallado, Chimuelo se convirtió en un personaje con más profundidad emocional, capaz de transmitir ternura, valentía y lealtad con sus expresiones y gestos, sin necesidad de hablar.
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El cambio fue tan acertado que Chimuelo se convirtió en el alma de la trilogía y en uno de los personajes animados más queridos de los últimos tiempos. Su apariencia final ayudó a consolidar el universo visual de la saga y a construir una conexión inmediata con el público, que empatizó con su personalidad curiosa, noble y valiente. Incluso hoy, muchos fans consideran a Chimuelo como un ícono de la animación moderna.
Así, detrás del éxito de Cómo entrenar a tu dragón hubo decisiones creativas importantes, como el rediseño completo de su dragón protagonista y caricaturizar un poco más la historia. Cambiar su color a negro no solo fue una elección visual, sino emocional y narrativa que obtuvo un gran Un recordatorio de que en el cine animado, cada detalle cuenta para crear personajes que realmente dejan huella.