Desde que Steven Spielberg nos presentó en la década de los noventa ese inusual parque temático donde los dinosaurios caminaban entre humanos, el mundo no ha sido el mismo. Jurassic Park se convirtió en un fenómeno cultural y, con el tiempo, en una franquicia que simplemente se niega a extinguirse, incluso a más de tres décadas después de haber pisado por primera vez las salas de cine. Ahora, con el próximo estreno de Jurassic World: Renace con Scartlett Johansson y Jonathan Bailey, la emoción ha vuelto a estar por las nubes.
Lo cierto es que esta nueva entrega viene con todo. Además del increíble elenco, también hay un guion que promete más terror que aventura y, por supuesto, muchos rugidos y pisadas que estremecen la tierra. Esta vez no se trata solo de correr de los velociraptores o escapar de un T-Rex: la historia se adentra en un terreno más siniestro, con una visión oscura del poder científico. Jurassic World: Renace mostrará clonaciones cada vez más extremas, criaturas genéticamente alteradas que ya no tienen nada de "naturales", y muchas preguntas éticas.
Pero lo que hasta ahora parecía ciencia ficción de un blockbuster, tiene más verdad de la que nos gustaría admitir. Fue Ben Lamm, uno de los fundadores de la empresa biotecnológica Colossal Biosciences, que se robó titulares al "revivir" a un lobo gigante de Game of Thrones, quien encendió las alertas al hablar sobre qué tan lejos estamos de ver algo similar en la vida real. Si pensabas que eso de "revivir especies extintas" era cosa del cine, estás equivocado.
Universal Pictures
Según Lamm, no es que lo mostrado en la película sea completamente imposible, sino es que estamos mucho más cerca de ese escenario. "Creo que nos encontramos en una encrucijada interesante donde una combinación de computación de IA e ingeniería genómica nos permite recuperar especies extintas", dijo sobre cómo la ciencia está en un punto donde no hay vuelta atás.
Aunque revivir un T-Rex como tal todavía está fuera del alcance tecnológico, la edición genética ya permite alterar el ADN de especies modernas para crear criaturas nunca antes vistas. En palabras del propio Lamm, la modificación genética ya está aquí, sólo que todavía no se usa con dinosaurios.
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El científico también explicó que, a diferencia de lo que pasa en la película, en la vida real no se puede extraer ADN completo de fósiles tan antiguos. Sin embargo, sí es posible usar el código genético de animales actuales, como aves o reptiles, para introducir cambios y recrear ciertos rasgos extintos. En pocas palabras, no se puede clonar a un monstruo prehistórico de forma exacto, pero sí "fabricar" algo bastante parecido. Este escenario, con fines científicos o comerciales, ya está siendo discutido, y en un par de años, Jurassic World: Renace no sería más ficción.