Hay películas que son como una especie de cobija para el alma: te aprietan, te sacan una o varias lágrimas, y te dejan pensando en la vida, el amor y por qué no todos los días son como vivir la escena de una película. Desde Siempre a tu lado, con esa lealtad canina que rompió corazones, Siempre Alice, con su poderoso mensaje sobre la pérdida de lo más valioso de uno mismo, o Quédate a mi lado, donde el amor de madre no conoce límites, estas historias abarcan todas las emociones humanas y se quedan contigo por años.
Cada una de estas películas tiene un lugar especial en los corazones de los cinéfilos. Pero hay una, en particular, que se llevaría el premio mayor cuando se habla de romance verdadero, de ese que se construye lento, con miradas, silencios y mucho, mucho corazón. Esta historia ha sido llamada por muchos críticos y fans como "la cinta de amor más hermosa jamás contada en el cine", y por suerte, está ahora mismo disponible en HBO Max, perfecta para un maratón de domingo.
La película es nada más y nada menos que Sentido y sensibilidad de 1995, un clásico que ya cumplió más de 25 años y sigue tan vigente como siempre. Esta joya del cine romántico fue dirigida por Ang Lee, el mismo de Secreto en la montaña y Una aventura extraordinaria, cuenta con un elenco que parece sacado de un sueño de época: Emma Thompson, Kate Winslet, Hugh Grant y el inigualable Alan Rickman.
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Basada en la novela de Jane Austen, Sentido y sensibilidad nos lleva de la mano por la vida de las hermanas Dashwood, Elinor y Marianne, quienes deben enfrentar un cambio drástico en su estilo de vida tras la muerte de su padre. De pasar del privilegio a la incertidumbre, ambas encuentran caminos distintos para lidiar con el amor, el desamor y los obstáculos de una sociedad que no le da muchas opciones a las mujeres, especialmente cuando se trata de seguir al corazón.
Elinor (Thompson) es la sensatez en persona: prudente, racional y siempre dispuesta a poner las necesidades de los demás por encima de las suyas. Marianne (Winslet), en cambio, es una tormenta de emociones, intensa y pasional, que se lanza de lleno a vivir el amor sin pensar en las consecuencias. Y lo maravilloso es que, a lo largo de la historia, ambas aprenden una de las grandes lecciones de la vida: que el verdadero amor no siempre es como lo imaginamos, pero puede ser más profundo y duradero de lo que soñamos.
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Lo hermoso de Sentido y sensibilidad es que la película es que no necesita grandes gestos ni declaraciones dramáticas para tocarte el alma. Aquí, el amor se muestra con pequeñas cosas: un gesto amable, una mirada que lo dice todo, un corazón roto que se reconstruye poco a poco. Y si a eso le sumamos los paisajes de ensueño, la música delicada y los diálogos cargados de sentimiento, el resultado es una obra maestra del cine romántico.