Si hay algo que todos los espectadores tienen en común, es que en algún momento de sus vidas han sido fanáticos de Spider-Man. Desde los días en que Tobey Maguire enseñó a todos que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", pasando por los momentos románticos de Andrew Garfield como el nuevo arácnido, hasta las acrobacias imposibles de Tom Holland, el héroe trepador de muros de Nueva York ha estado balanceándose entre los rascacielos mientras se robaba el corazón de millones.
Pero más allá del superhéroe de Marvel, en la franquicia siempre han habido personajes memorables. No sólo de villanos como el Duende Verde de Willem Dafoe o de los trajes espectaculares con tecnología de punta de Iron Man, sino de quienes complementa la vida al mundo de Peter Parker. Una de ellas es Kirsten Dunst, la inolvidable Mary Jane en la trilogía de Sam Raimi. Después de su paso por Marvel, la actriz ha tenido una carrera llena de proyectos arriesgados, intensos y aclamados por la crítica, como esta cinta de 2024 que dejó a todos atónitos.
El año pasado, Dunst volvió a acaparar todas las miradas con Guerra Civil, una película que dejó sin aliento a más de uno. Esta producción de alto voltaje dirigida por Alex Garland mezcló guerra, crítica social y escenas de acción hechas para volar la cabeza. Lo mejor es que está disponible en Netflix, y como sólo dura una hora con 49 minutos, no hay pretexto para no verla.
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Guerra Civil no es otra película de Marvel, aunque con su título pueda parecerlo. Esta vez, el director de Ex Machina y Aniquilación nos sumerge a una distopía inquietantemente real. La historia nos presenta a un Estados Unidos fragmentado, en pleno conflicto bélico, donde los bandos ya no son países lejanos o enemigos invisibles, sino los propios ciudadanos.
Dunst interpreta a Lee, una fotoperiodista de guerra que, junto con un grupo de colegas, recorre un país devastado para documentar lo que está ocurriendo. La cámara se convierte en su arma, y sus fotografías en testimonio de un conflicto brutal que no distingue inocentes. Pero aquí no hay héroes tradicionales ni discursos patrióticos, sino lo que vemos es una mirada cruda, sin filtros y directa al corazón del caos.
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A pesar de tratarse de una historia ficticia, lo cierto es que Guerra Civil resuena más de lo que cualquiera quisiera admitir. Para muchos, no estamos tan lejos estamos de algo como lo que aparece en la cinta de Garland, sobre todo, cuestionando el papel que juegan los medios de comunicación en tiempos de conflicto. Estas y otras preguntas se quedarán rondando en la cabeza de los espectadores mucho después de los créditos finales.
