Cuando uno piensa en Arnold Schwarzenegger, de inmediato se le vienen a la mente frases como "I'll be back", explosiones a lo grande, peleas cuerpo a cuerpo y clásicos como Terminator, Depredador o El vengador del futuro. No hay duda de que el exfisicoculturista austriaco se convirtió en un verdadero símbolo del cine de acción de los ochenta y noventa.
Y aunque Arnold fue un fenómeno que sigue siendo recordado, el actor que tiene una presencia imponente y carisma innegable, no siempre fue así. Como todos, el buen "Arnie" también tuvo un inicio complicado. De hecho, uno de sus primeros papeles, que hoy en día es casi una joya de culto, en su momento fue una experiencia surreal para el llamado "Governator". ¿La razón? La forma de hablar de Schwarzenegger hizo que tuvieran que doblarle la voz porque nadie entendía nada de lo que decía.
La primera vez que Arnold pisó un set como protagonista no fue para luchar contra alienígenas ni para ser un cyborg asesino, sino para interpretar al mismísimo semidiós griego en Hércules en Nueva York. Esta comedia de bajo presupuesto fue estrenada en 1970 y mezclaba mitología griega con locuras en la Gran Manzana, en una historia tan peculiar que hoy vive en los rincones más oscuros de la cultura popular.
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En aquel entonces, Schwarzenegger tenía solo 22 años y nula experiencia actoral. Lo contrataron porque físicamente parecía esculpido por los dioses, pero había un pequeño problema y era que su inglés era casi incomprensible. El acento era tan marcado que, al momento de editar la cinta, los productores decidieron no arriesgarse y simplemente lo doblaron por completo con la voz de otro actor.
Para colmo, en los créditos iniciales aparece como "Arnold Strong", porque su apellido real era considerado demasiado difícil para el público estadounidense. Aunque muchos actores querrían borrar de su historial una cinta como esa, Schwarzenegger siempre ha tomado con humor su debut. En entrevistas, ha dicho que estaba tan feliz de tener una oportunidad en el cine que aceptó lo que fuera. Incluso ha bromeado sobre el doblaje, admitiendo que en ese momento no entendía ni lo que él mismo decía en inglés.
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Fue así que hace 54 años, tomando en cuenta el estreno original, Arnold Schwarzenegger se lanzó al mundo del cine con una película que hoy es motivo de risas, anécdotas y doblajes cuestionables. Pero gracias a ese pequeño tropiezo disfrazado nació la carrera de uno de los actores más icónicos de la historia del cine.