Definitivamente, el mundo del anime está de fiesta con la nueva temporada de verano de Crunchyroll que incluye la llegada de muy esperados de títulos como Gachiakuta, Dr. Stone o Kaiju No. 8. Entre estos grandes regresos y estrenos, se encuentra el anime de romance My Dress-Up Darling, que vuelve tras tres años con una segunda temporada que promete volver a enamorar a los fanáticos del romance y del cosplay.
Con estrenos semanales, los primeros dos episodios (ya disponibles en Crunchyroll) retoman la historia de Marin Kitagawa y Wakana Gojo, dos adolescentes que, de manera inesperada, forman equipo para adentrarse en el mundo del cosplay. Esta nueva temporada trae consigo nuevos retos, personajes y una evolución más evidente en los sentimientos que ambos empiezan a reconocer. Todo esto acompañado de un opening adorable: “Ao to Kirameki (Blue and Sparkle)”, interpretado por Spira Spica, que captura la vibra joven de la serie.
El arco de esta temporada arranca con Gojo enfrentándose a la creación de un nuevo cosplay para Marin: un disfraz de conejita inspirado en uno de sus personajes favoritos. A pesar de no tener experiencia en este tipo de entalles y materiales, Gojo se atreve a dar el paso, pidiendo ayuda y ampliando sus conocimientos sobre técnicas más avanzadas. Gracias de un gran trabajo de por medio, Marin consigue una nueva sesión de fotos profesional para su portafolio, emocionada por seguir desarrollando su participación en el mundo del cosplay.
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A lo largo de estos nuevos episodios, Marin continúa explorando sus sentimientos por Gojo, quien sigue sin notar lo evidente: ella se sonroja con cada gesto y mirada. Al mismo tiempo, Gojo va ganando confianza en sus propios gustos, entendiendo que su amor por las muñecas tradicionales no solo no es raro, sino que forma parte de quién es y puede convivir con otras pasiones, como el cosplay.
Entre situaciones divertidas y entrañables, ambos adolescentes se enfrentan a momentos que siguen reforzando su vínculo. No solo como entusiastas del cosplay, sino también como dos jóvenes que comparten intereses poco comunes y logran entenderse a un nivel que otros no pueden.
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Todo parece indicar que los tres años de espera valieron la pena para el anime basado en el manga de Shinichi Fukuda. A diferencia de otras historias del género, aquí no solo hay ternura y electricidad romántica, sino también una sinceridad emocional que se siente fresca y natural. La complicidad entre Marin y Gojo continúa siendo el corazón de esta historia, y eso es lo que la hace tan especial.
Además, la animación de esta segunda entrega, a cargo nuevamente del estudio CloverWork, luce aún más detallada y encantadora, llevando la estética de los personajes a un nuevo nivel (lo cual ya parecía difícil, honestamente). La calidad visual y el cuidado en cada cosplay siguen siendo de los mayores atractivos de la serie. Si esta temporada mantiene el mismo nivel, todo indica que My Dress-Up Darling se consolidará como uno de los animes de romance más destacados del año.