Dragon Ball es, sin duda, una de las franquicias de anime más exitosas de todos los tiempos. Su popularidad ha trascendido generaciones, idiomas y fronteras, convirtiéndose en una piedra angular del género shonen. Pero este fenómeno no nació de la nada. Akira Toriyama, su creador, ha señalado en varias ocasiones que fueron muchas las obras que influyeron en su camino, aunque una destaca por encima del resto: Astro Boy, la legendaria creación de Osamu Tezuka.
Lanzado originalmente como manga en 1952 y adaptado a la televisión en 1963, Astro Boy fue el primer anime serializado exitosamente, marcando un antes y un después en la historia del entretenimiento japonés. Su narrativa continua, su protagonista icónico y su mezcla de acción con dilemas éticos fueron revolucionarios para la época. La influencia de Tezuka fue tan grande que su obra abrió las puertas a casi todo lo que hoy entendemos como anime, incluyendo, por supuesto, Dragon Ball.
‘Astro Boy’: El niño robot que cambió la historia del anime y también la de Akira Toriyama
Para Toriyama, nacido en 1955, Astro Boy fue parte esencial de su infancia. Tenía apenas siete años cuando la serie comenzó a emitirse, y es fácil imaginar cómo ese joven espectador quedó cautivado por las aventuras del niño androide. Aunque Dragon Ball tiene un tono y una estética muy diferentes, es evidente que la inspiración que dejó la obra de Tezuka caló profundamente en su sensibilidad artística.
Toei Animation
La figura del androide aparece constantemente en el trabajo de Toriyama. Arale, la protagonista de Dr. Slump, su primer gran éxito, es una niña robot de fuerza descomunal y carácter impredecible. Años más tarde, los androides volverían como antagonistas en una de las sagas más emblemáticas de Dragon Ball Z, consolidando su presencia como elemento narrativo. De esta forma, todo apunta a que Astro Boy fue una de las semillas que germinaron en su universo creativo.
Mushi Production
Toriyama no tuvo un camino sencillo hacia el éxito. Antes de Dr. Slump, acumuló varios fracasos editoriales. Pero fue su persistencia la que eventualmente le permitió encontrar su voz única en el manga. Con Dragon Ball, publicada a partir de los años 80, rompió moldes: comenzó como una aventura ligera de artes marciales con tintes cómicos, y terminó evolucionando en una epopeya intergaláctica de proporciones míticas.
Astro Boy no solo cambió la animación japonesa: fue una de las primeras series en alcanzar popularidad fuera de Japón, al ser doblada al inglés y transmitida en distintos países. De esta manera, allanó el terreno para que animes como Dragon Ball pudieran encontrar un público global. Si Astro Boy acercó el anime al público occidental, Dragon Ball terminó de consolidarlo como fenómeno de masas.