Desde tiempos inmemorables, el cine y la televisión han logrado algo hermoso: hacernos sentir que no estamos solos, incluso en los momentos más extraños de la vida. Si te enamoraste del novio y quieres impedir que se case, ahí está La boda de mi mejor amigo con Julia Roberts como ejemplo. O si estabas en otro país y ahí conectaste profundamente con un actor famoso, Perdidos en Tokio ya habló sobre ello. También si te imaginaste en la cabeza. toda una relación que en realidad nunca existió, 500 días con ella lo explicó todo con una banda sonora increíble.
Pero más allá del amor y las decepciones románticas, hay una experiencia universal cargada de frustración que muchos hemos vivido: la complicada y muchas veces desesperante relación con nuestros jefes. En ocasiones, todo eso que le quieres decir a tu superior se queda atrapado en la la garganta cuando "quieres ser profesional" y mantener tu empleo. Justo para ese sentimiento hay una película perfecta que, sin tapujos y con mucho humor negro, dice lo que todos hemos pensado alguna vez.
Con un título que es directo y sin rodeos, esta película se llama Quiero matar a mi jefe, si aún no la has visto, es la terapia que tu alma godín necesita. Pero a pesar del nombre, no hay motivo por el cuál asustarse porque no se trata de dar ideas peligrosas, sino de soltar la carcajada con una historia que se burla de lo insoportable que pueden llegar a ser algunos jefes, al punto de hacerte fantasear con su desaparición.
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La cinta reúne a Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis, quienes interpretan a tres amigos con algo en común: están al borde del colapso gracias a sus respectivos jefes. Y no hablamos de cualquier patrón molesto, sino de superiores que hacen que Miranda Priestly parezca un ángel. Si tienes a alguien así en el trabajo, seguro encontrarás un refugio emocional en la película, o al menos, agradecerás no estar en los zapatos de este trío.
Dirigida por Seth Gordon y estrenada en 2011, esta comedia se convirtió rápidamente en una de las favoritas del público, no sólo por su humor irreverente, sino también por su capacidad de tocar un tema tabú con un tono amigable. Y en el papel de los jefes molestos se encuentran Jennifer Aniston, Kevin Spacey y Colin Farrell, quienes se roban varias escenas con interpretaciones completamente fuera de lo que el público está acostumbrado a ver de ellos.
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Y si terminas riéndote y sintiéndote mejor, debes saber que debido al éxito de la primera, en 2014 llegó su secuela: Quiero matar a mi jefe 2. Aquí, los tres protagonistas vuelven con más enredos, planes absurdos y una que otra sorpresa. Aunque no tuvo el mismo impacto que la primera entrega, sirve como una continuación divertida para quienes se quedaron con ganas de más. Ambas están disponibles en Amazon Prime Video.