Hay géneros cinematográficos que te hacen llorar, otros que te hacen reír, pero hay uno que te tienen al borde del asiento, con el corazón acelerado y las uñas hechas trizas: el thriller. Ese tipo de película que comienza con miradas muy sospechosas, sigue pistas ocultas a primera vista y termina con un giro que te deja con la boca abierta. Desde el clásico suspenso psicológico de El silencio de los inocentes, la locura de Vértigo de Alfred Hitchcock, Se7en con una de las mejores actuaciones de Brad Pitt, o el terror de El sexto sentido, todos tienen su thriller favorito.
Lo que todas estas tienen en común es que logran mantener al espectador pegado a la pantalla y sin parpadear, todo mientras intenta adivinar qué rayos está pasando. Los thrillers, cuando están bien hechos, no sólo entretienen sino desafían y provocan obsesiones. Y con tantas películas geniales en la historia del cine, elegir "la mejor" puede generar más debate más intenso que un hilo en X. Pero lo cierto es que hay una cinta que sin necesidad de tantos trucos mentales, se ganó un lugar privilegiado entre los thrillers más destacados.
Se trata de Gángster americano, una producción que llegó a los cines en 2007, que arrasó con nominaciones importantes en premios como el Oscar. Para muchos, esta es una de las obras más infravalorada de su director, quien es nadie más y nadie menos que Ridley Scott, el mismo genio detrás de Alien, el octavo pasajero y Gladiador. Afortunadamente, en la era del streaming se le ha hecho justicia, y poco a poco, más espectadores han descubierto a esta joya que se encuentra alojada en la plataforma de HBO Max.
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Protagonizada por Denzel Washington y Russell Crowe, esta película combina el drama criminal con una historia real tan intensa que parece ficción, aunque no lo es. Aquí se presenta la vida de Frank Lucas, un hombre que pasó de ser chofer de un mafioso a convertirse en uno de los capos más poderosos de Nueva York durante la década de los 70. Cuando su superior muere, Lucas ve la oportunidad de ingresar gracias a un negocio peculiar con el que podrá importar heroína desde el Sudeste Asiático.
Por otro lado, se encuentra el detective Richie Roberts (interpretado por Crowe), un hombre honesto, algo sumamente raro en su departamento, quien decide enfrentarse a Lucas cuando nadie más se atreve. El choque entre estos dos personajes es lo que hace que el guion de Gángster americano funcione a la perfección, creando una tensión constante, presentando diálogos cargados, y por supuesto, actuaciones que brillan con luz propia.
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Y aunque en su momento tuvo que competir con titanes como Sin lugar para los débiles y Petróleo sangriento, esta película se mantuvo firme y se ganó el respeto de la crítica y del público. Fue nominada a dos premios de la Academia, incluyendo Mejor Dirección de Arte y Mejor Actriz de Reparto para Ruby Dee. No está nada mal para una película que, por alguna extraña razón, no siempre se menciona entre los clásicos del género.