A lo largo de más de cinco décadas, Morgan Freeman ha construido una de las trayectorias más sólidas y reconocibles del cine estadounidense. Su presencia escénica, su particular cadencia al hablar y su capacidad para dotar de profundidad a cada personaje lo han convertido en una figura casi mítica. Basta recordar su inolvidable interpretación como el sabio Ellis Boyd Redding en Sueño de fuga, dirigida por Frank Darabont, o su papel de detective en Seven de David Fincher.
Su voz ha narrado el curso de la historia en documentales como La marcha de los pingüinos, y ha dado vida a personajes tan diversos como Dios en Todopoderoso y Lucius Fox en la trilogía El caballero de la noche de Christopher Nolan. Freeman posee la habilidad de hacer creíble lo extraordinario, y cuando en 2016 se unió al reparto de una nueva versión de Ben-Hur, dirigida por Timur Bekmambetov, su sola presencia aportó dignidad y carisma a una cinta que pasó desapercibida para muchos.
La película histórica con Morgan Freeman que Prime Video rescata del olvido
La versión de Ben-Hur de 2016, disponible en Prime Video, es una nueva adaptación de Ben-Hur: A Tale of the Christ, la novela de Lew Wallace. Aunque ha sido llevada varias veces al cine, la más famosa sigue siendo la versión de 1959 con Charlton Heston. En esta ocasión, el papel protagónico recae en Jack Huston como Judah Ben-Hur, acompañado por Toby Kebbell y Freeman.
La historia sigue a un príncipe judío traicionado por su hermano adoptivo, condenado a galeras y obligado a reconstruir su vida para vengar su honor. Con un tono más íntimo que sus antecesoras, esta versión explora temas de traición, fe y redención con una estética contemporánea y un ritmo más ágil.
Paramount Pictures
Morgan Freeman interpreta a Sheik Ilderim, un sabio y rico noble que entrena caballos para carreras de cuadrigas. Este personaje, que no aparecía en las versiones anteriores con tanto desarrollo, sirve de mentor espiritual para Ben-Hur. Freeman, con largas rastas y túnicas bordadas, aporta gravedad y humor a un rol que es clave para el tránsito del protagonista del odio hacia el perdón.
La película destaca por su puesta en escena, especialmente la emblemática carrera de cuadrigas, una secuencia rodada con realismo y tensión, y que logró un equilibrio entre efectos digitales y escenas prácticas. Aunque esta versión no alcanzó el impacto visual ni narrativo del clásico de 1959, Bekmambetov logra transmitir la brutalidad del Imperio romano y la lucha interna de un hombre enfrentado a su destino.
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El enfoque del filme también incluye una representación más explícita de la figura de Jesucristo, interpretado por Rodrigo Santoro. Aunque su aparición es breve, sus palabras resuenan en el viaje emocional de Judah: “Ama a tus enemigos”. La espiritualidad del filme se entrelaza con el drama humano, y es ahí donde el personaje de Freeman actúa como puente entre lo terrenal y lo trascendente. Sin llegar a ser una película religiosa, Ben-Hur propone una reflexión sobre la transformación del odio en misericordia, un tema que sigue vigente.