Todos han pasado por ese momento incómodo frente a la televisión cuando estás viendo una película con tus papás y todo va bien hasta que aparece esa escena que nadie pidió, que nadie esperaba, pero que los actores decidieron interpretar con toda la pasión posible. A veces, no te queda más que quedarte quieto y esperar a que Leonardo DiCaprio termine de dibujar a Kate Winslet en Titanic, o que Demi Moore y Patrick Swayze dejen de hacer vajillas de cerámica con tanta intensidad en Ghost, la sombra del amor.
La cosa se puede poner pero cuando no es con tus padres, sino con tus suegros, sobre todo, si apenas estás conociéndolos y quieres causar una buena impresión. No sólo hay un poco de incomodidad, sino que estás consiente de que cualquier movimiento en falso puede arruinarlo todo y generar una mala opinión de ti. Pero más allá de una cinta subida de tono, hay una comedia ligera que definitivamente no debes de poner si es que estás tratando de caerle bien a los padres de tu pareja, más aún, si son los primeros encuentros.
Se trata de La familia de mi novia, una comedia que ya es casi una guía al revés sobre qué no hacer en una cena familiar. Esta joya protagonizada por Ben Stiller y Robert De Niro llegó a los cines en el año 2000, pero sigue siendo tan vigente como el primer día. Y si la viste, seguro lo sabes que ponerla cuando están tus suegros es una experiencia digna de un desafío extremo. Lo mejor será dejarla para después y poner algo menos intenso como Harry Potter o Mi pobre angelito.
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La historia gira en torno a Greg Focker (Stiller), un enfermero que lo único que quiere pedirle matrimonio a su novia. Todo parece sencillo sencillo si no fuera porque el paso más importante es conocer a sus futuros suegros. El problema es que l papá de su novia, Jack Byrnes (De Niro), es un exagente de la CIA y está dispuesto a aplicar todo su entrenamiento para hacerle la vida imposible al pobre Greg. Detectores de mentiras en la sala, una urna con las cenizas de la abuela y un gato entrenado para ir al baño, eso y más ocurre en La familia de mi novia.
Desde el primer minuto, La familia de mi novia se convierte en un desfile de situaciones incómodas, malentendidos y accidentes catastróficos que hacen que cualquiera se sienta afortunado por tener suegros tranquilos. La película es una comedia de enredos que no da respiro, y cada escena lleva el caos a otro nivel, todo aderezado con ese tipo de humor que te hace reír y sufrir al mismo tiempo.
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Así que ya sabes, si estás por conocer a tus suegros, evita esta cinta y mejor guárdala para verla después, cuando ya haya confianza, o para reírte con tus amigos. Porque aunque todo en la película es exagerado, tiene esa dosis de verdad que hace que te identifiques con Greg en más de un momento.
