La franquicia Jurassic World ha demostrado que el público nunca se cansa de ver dinosaurios en la pantalla grande. Desde el estreno de Jurassic World en 2015, la saga se revitalizó con espectaculares efectos visuales, escenas de acción trepidantes y nuevas historias que conectaron con la nostalgia de los fanáticos de la trilogía original. Las entregas recientes han buscado expandir el concepto del parque temático hacia una amenaza global, explorando las consecuencias de que los dinosaurios convivan con la humanidad.
El capítulo más reciente con Scarlett Johansson, Jurassic World: Renace, continúa la línea argumental de Dominion, llevando la acción a un mundo donde los dinosaurios ya forman parte del ecosistema cotidiano. Con su mezcla de aventura, ciencia ficción y momentos cargados de tensión, la película ha demostrado que, más de tres décadas después, la franquicia sigue viva y mantiene su atractivo para varias generaciones de espectadores.
El maratón jurásico que todo amante de la ciencia ficción debe ver
Sin embargo, antes de que el universo se expandiera con estas nuevas producciones, todo comenzó con una de las películas más icónicas de finales del siglo XX: Jurassic Park. Estrenada en 1993 y con una duración de 127 minutos, esta obra maestra dirigida por Steven Spielberg revolucionó el cine de aventuras y ciencia ficción. Su historia sigue a un grupo de especialistas invitados por el magnate John Hammond a visitar una isla en la que, gracias a la clonación de ADN prehistórico, los dinosaurios han vuelto a la vida.
Amblin Entertainment
El éxito de la película fue inmediato. Jurassic Park no solo arrasó en taquilla, sino que también marcó un antes y un después en el uso de efectos digitales combinados con animatrónicos, logrando que los dinosaurios parecieran más reales que nunca. Además, personajes como el Dr. Alan Grant (Sam Neill), la Dra. Ellie Sattler (Laura Dern) y el carismático Ian Malcolm (Jeff Goldblum) se volvieron memorables, y el rugido del T. Rex se convirtió en un icono del cine.
La primera secuela, Jurassic Park 2: El mundo perdido, llegó en 1997 con 130 minutos de duración. También dirigida por Spielberg, retomó la acción con un enfoque más oscuro y una trama que trasladaba la amenaza fuera del parque original. En esta entrega, Ian Malcolm regresa como protagonista para enfrentar un nuevo desastre: una segunda isla donde los dinosaurios viven en libertad y donde la codicia humana amenaza con desatar el caos.
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Finalmente, Jurassic Park III se estrenó en 2001 con una duración de 95 minutos y la dirección de Joe Johnston. Esta tercera entrega presentó una historia más contenida, centrada en un grupo reducido de personajes atrapados en la Isla Sorna durante una misión de rescate. En esta película debutó el temible Spinosaurus, que incluso llegó a enfrentar al icónico T. rex en una de las secuencias más comentadas de la saga. A pesar de su enfoque más directo y breve, el filme ofreció momentos de gran tensión, como el ataque de los velocirraptores y la persecución en los cielos con los pteranodones.
En conjunto, estas tres películas suman casi seis horas de pura aventura y ciencia ficción, perfectas para un maratón que va de lo sublime a lo trepidante. Comenzar con la obra maestra de Spielberg y seguir con las secuelas permite apreciar la evolución de la franquicia y entender por qué Jurassic Park sigue siendo un referente cultural más de treinta años después.