En los últimos años, Netflix ha demostrado que sus series y miniseries son de los formatos más exitosos en la plataforma gracias a producciones como Gambito de Dama, Maid o Baby Reindeer que no solo capturaron la atención de millones de personas en todo el mundo, sino que lograron altos niveles de reconocimiento crítico y premios. Dentro de ese universo de historias cortas e intensas, Kiss Me First llega como una propuesta que, aunque menos conocida, ofrece una experiencia intrigante que combina tecnología, emoción y suspenso psicológico.
Como tal, la producción es una miniserie británica de seis episodios que se estrenó en 2018, creada por Bryan Elsley, el mismo detrás de Skins, y como una coproducción entre Channel 4 del Reino Unido y Netflix. Está basada en la novela homónima de Lottie Moggach y se mueve entre dos mundos: la vida real de una joven solitaria y el universo digital inmersivo de un videojuego llamado Azana, muy similar a un metaverso.
La historia sigue a Leila, una adolescente de 17 años que lidia con la reciente muerte de su madre y se aísla emocionalmente del mundo real. Su escape es Azana, un juego de realidad virtual en el que se presenta como Shadowfax. Allí conoce a Mania, una jugadora carismática, segura de sí misma y algo misteriosa, cuyo verdadero nombre es Tess. Pronto, la relación entre ellas trasciende el plano virtual y se vuelve compleja cuando Tess aparece en la vida real y termina viviendo con Leila. Sin embargo, la situación toma un giro inesperado cuando Tess desaparece sin explicación.
A medida que Leila investiga lo que ocurrió, se adentra en un rincón secreto del juego llamado "Red Pill", donde conoce a un grupo de jugadores liderados por Adrian, un personaje enigmático que controla el acceso y las reglas del lugar. Este espacio, que en apariencia funciona como un refugio para almas solitarias, pronto revela su lado oscuro: los miembros del grupo comienzan a desaparecer y algunos cometen suicidio, lo que genera una creciente tensión entre lo virtual y lo real. Leila, atrapada entre ambos mundos, comienza a descubrir secretos que pondrán en riesgo su propia vida.
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El elenco está encabezado por Tallulah Haddon como Leila y Simona Brown como Tess, junto a actores como Matthew Beard, Freddie Stewart, Haruka Abe y Samuel Bottomley. Aunque visualmente es una serie modesta, se apoya en una narrativa inquietante y una estética fría y envolvente que recuerda por momentos a Black Mirror, pero con un enfoque más emocional y centrado en la juventud.
Aunque Kiss Me First recibió críticas mixtas en las que algunos elogiaron su originalidad y la forma en que explora temas como el aislamiento, la manipulación digital y la búsqueda de pertenencia, mientras que otros señalaron que la historia no terminó de explotar todo su potencial, se ha convertido en una joya oculta del catálogo de Netflix para quienes disfrutan de las historias de ciencia ficción emocional, con tintes de thriller psicológico.
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Así, Kiss Me First resulta una miniserie breve pero poderosa que plantea preguntas inquietantes sobre la soledad, la identidad digital y los límites de la realidad, siendo ideal para quienes buscan algo distinto, con un tono melancólico y un enfoque fresco dentro del mundo del drama juvenil, sin dejar de lado la oscuridad que los acecha. ¡Recuerda que puedes verla en Netflix!