Netflix lo volvió a hacer. Después del éxito de Oscuro deseo, esa serie mexicana de hace un par de años que nadie admitía ver pero todos terminaron viendo, ahora llega una nueva producción nacional dispuesta a subir la temperatura y dejar a más de uno con el corazón acelerado. Se trata de Pecados Inconfesables, una serie protagonizada por Zuria Vega, Andrés Baida y Erick Hayser, que mezcla pasión, secretos y mucha tensión, de esa que se siente desde que empieza hasta que acaba el capítulo.
Pero detrás de cada escena intensa, de cada suspiro y cada mirada cargada de deseo, hay un trabajo de preparación que va mucho más allá de lo que vemos en pantalla. Lo cierto es que grabar escenas subidas de tono no es algo que se haga a la ligera, y los protagonistas de Pecados Inconfesables lo revelaron todo sobre cómo se vive realmente estar en el set cuando estás sin ropa y frente a un equipo de producción completo.
Fue en una entrevista reciente donde Andrés Baida y Zuria Vega soltaron varios detalles jugosos sobre lo que ocurrió detrás de cámaras. Para empezar, hubo días en los que el plan de rodaje estaba completamente dedicado a las escenas de cama. "Había dos días que eran prácticamente de eso", contó Baida, dejando claro que no se trataba de una toma rápida y listo, sino que también había trabajo físico, coordinación y mucha concentración.
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Y aunque uno podría pensar que esas escenas son las más difíciles de grabar, Zuria Vega lo dejó claro: lo verdaderamente complicado fue crear las dinámicas emocionales en escenas más cotidianas. "El vínculo difícil de retratar y de generar no es esa escena [de sexo], es la secuencia cuando estamos en la cocina con las quesadillas”, reveló la también actriz de En las buenas y en las malas. Y esto tiene sentido todo el sentido del mundo, ya que cualquiera puede fingir pasión, pero mostrar una conexión real es otro nivel de actuación.
Aun así, los momentos más subidos de tono tienen su propio desafío. Baida admitió que, después de tantas repeticiones y posiciones comprometedoras, ya se había acostumbrado. "Ya había perdido el pudor de tanto yo estar en esa posición de salir encuerado", confesó con naturalidad. Al final del día, trabajo es trabajo, y como cualquier labor, todo se vuelve rutina, aunque esta implique estar casi desnudo frente a cámaras.
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Para evitar incomodidades o malentendidos, el equipo de la serie trabajó con un coach de intimidad, una figura que se ha vuelto clave en este tipo de producciones. Según Zuria Vega, el proceso con este especialista fue esencial: "Ya hay un trabajo previo con un coach de intimidad donde vas generando comunicación y acuerdos". En otras palabras, nada se improvisa, todo está pactado con anticipación y cada escena se construye con respeto mutuo y límites claros.
Para los que tienen ganas de intriga ardiente al estilo mexicano, Pecados Inconfesables puede ser tu nuevo maratón nocturno. Solo recuerda que, detrás de cada escena caliente hay un equipo entero trabajando con seriedad, respeto y, muchas risas incómodas entre toma y toma.