Aunque en este momento está cautivando al público con su faceta más ligera en la comedia ¿Y dónde está el policía?, Liam Neeson es un rostro muy conocido en el cine gracias a papeles intensos y llenos de adrenalina. Desde su debut en el género de acción con The Dead Pool (la última entrega de la legendaria saga Harry el sucio de Clint Eastwood) hasta éxitos como Sin escalas y Venganza implacable, el actor irlandés ha demostrado que su presencia impone y su talento sabe adaptarse a personajes tanto heroicos como despiadados.
Esa versatilidad es la que le ha permitido alternar entre géneros y sorprender con personajes que, aunque alejados del estereotipo de agente entrenado, resultan igual de letales. En 2019, Neeson protagonizó una cinta que combina el suspenso criminal con un humor despiadado y tan frío como los paisajes donde se desarrolla: Venganza, un remake del filme noruego In Order of Disappearance (Kraftidioten), dirigido en ambas versiones por Hans Petter Moland.
La despiadada búsqueda de justicia y venganza de Liam Neeson en un remake cargado de tensión
En Venganza, Neeson interpreta a Nels Coxman, un conductor de quitanieves en un pequeño pueblo ficticio de Colorado llamado Kehoe. Su vida es tranquila: tiene una esposa amorosa (Laura Dern), un hijo trabajador (Micheál Richardson) y un reconocimiento como “Ciudadano del Año”. Todo cambia abruptamente cuando su hijo es encontrado muerto por una supuesta sobredosis de heroína. Convencido de que no era adicto, Nels se embarca en una búsqueda para descubrir la verdad.
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Las pistas lo llevan a un narcotraficante narcisista apodado “Viking” (Tom Bateman), cuyas acciones desatan una guerra con “White Bull” (Tom Jackson), líder de una banda nativa americana. Lo que comienza como una vendetta personal se convierte en un caos sangriento que involucra a dos grupos criminales opuestos y a una pareja de policías que siempre parecen ir varios pasos detrás de los acontecimientos.
Moland conserva la esencia del material original, pero en su versión hollywoodense acentúa el humor negro y la sátira del cine de venganza. Los criminales tienen apodos tan absurdos como “Eskimo” o “Santa”, y cada muerte se registra en pantalla con una tarjeta que añade un toque macabro y cómico a la vez. La violencia es tan seca y repentina que recuerda al estilo de Quentin Tarantino, pero con una frialdad literal y figurada que bebe directamente del cine nórdico.
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El paisaje nevado no es solo un telón de fondo, sino un elemento narrativo constante: Nels debe mantener la carretera despejada para que la acción pueda fluir, y esa rutina diaria se entrelaza con su cruzada sangrienta. A diferencia de personajes como el exagente de Búsqueda implacable, aquí Neeson interpreta a un hombre común que recurre a métodos rudimentarios (puños y un rifle de caza) para abrirse paso entre los enemigos, lo que acentúa el carácter absurdo de su cruzada.
Disponible en Netflix y Disney+, Venganza es una propuesta singular dentro de la filmografía de Liam Neeson: una historia de venganza que no oculta su absurdo, un festín de muertes creativas y un retrato gélido de un pueblo que, bajo la nieve, oculta un mundo de corrupción, violencia y humor tan negro como el asfalto que Nels despeja cada mañana.