La segunda temporada de Merlina ya está aquí y Netflix ha estrenado sus primeros episodios con Jenna Ortega de nuevo como la joven gótica más afilada de la televisión. Entre los nuevos misterios de la Academia Nevermore, hay un viejo amigo que no la abandona: “Dedos”, la inseparable mano que la acompaña en cada aventura. Aunque parezca fruto de efectos visuales, la verdad detrás de este personaje es mucho más sorprendente.
En esta nueva entrega, Merlina vuelve a combinar humor, intriga y un toque sobrenatural, con Ortega no solo como protagonista, sino también como productora. Entre tramas más oscuras y conflictos renovados, “Dedos” mantiene su papel como confidente y enlace con la familia Addams. Pero pocos saben que este personaje no es una creación digital sino el trabajo meticuloso de un actor de carne y hueso.
Ese actor es Victor Dorobantu, un mago y debutante en la actuación, originario de Rumania, que da vida a “Dedos”. Vestido con un traje azul que cubre casi todo su cuerpo, Dorobantu interpreta todas las escenas moviendo únicamente su mano, mientras el resto se elimina digitalmente. El resultado: un personaje que transmite emociones, humor y tensión, usando solo cinco dedos.
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Así fue el reto técnico para eliminar el 97% del cuerpo del actor que interpreta a “Dedos”
El director Tim Burton y el supervisor de efectos visuales Tom Turnbull coincidieron desde el inicio en que “Dedos” debía hacerse con efectos prácticos y no depender exclusivamente de CGI. Esto suponía un reto enorme: eliminar el 97% del cuerpo de Dorobantu en pantalla. Sin embargo, Burton insistió en mantener esta visión, logrando que alrededor del 90% de lo que vemos sea actuación real y solo un 10% efectos digitales.
La elección de Dorobantu fue clave. Más allá de tener manos fotogénicas, destacaba por su velocidad y destreza, hasta el punto de que algunas tomas parecen stop-motion. Según Turnbull, en las pruebas de casting ya había “algo de Dedos en él”: una chispa traviesa y una expresividad innata que encajaba perfectamente con el personaje.
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El proceso requirió semanas de ensayos y experimentación. Tanto Burton como Turnbull trabajaron estrechamente con Dorobantu para encontrar el movimiento y la personalidad adecuados. La primera escena rodada (cuando “Dedos” aparece para espiar a Merlina por encargo de sus padres) confirmó que todo ese esfuerzo había valido la pena. Jenna Ortega reaccionaba a la mano como si fuera un personaje más, ignorando por completo la presencia del hombre en traje azul detrás.
Hoy, “Dedos” es mucho más que un truco visual: es una pieza esencial de la narrativa de Merlina y un ejemplo de cómo los efectos prácticos, combinados con talento actoral, pueden superar a cualquier tecnología. En una era dominada por la inteligencia artificial y el CGI, el trabajo de Dorobantu demuestra que la magia real sigue teniendo un lugar privilegiado en la pantalla.