Cuando pensamos en suspenso, casi siempre se nos vienen a la cabeza asesinos en serie, mentes retorcidas y juegos psicológicos de los que parecen imposibles de escapar. Basta con recordar títulos como Se7en: los siete pecados capitales, El silencio de los inocentes, Zodiaco o incluso Psicópata americano, historias donde la tensión se construye a través de personajes escalofriantes que son capaces de hacer lo peor en el momento menos esperado.
Sin embargo, no todas las películas necesitan un villano con cuchillo en mano para ponerte los pelos de punta. En Netflix existe una producción que lleva el miedo a otro nivel, sin necesidad de psicópatas ni asesinos seriales, pero con un escenario que se siente tan real que resulta aún más perturbador. En esta cinta no se necesitan mostrar litros de sangre para provocar escalofríos, porque lo que propone es todavía más inquietante: la lucha por sobrevivir en un sistema cruel y despiadado.
Se trata de El Hoyo, una producción española que llegó como una sorpresa y terminó convertida en una de las películas más comentadas del género en los últimos años. A diferencia de las cintas tradicionales de suspenso, El Hoyo no presenta un asesino misterioso que se esconde en la oscuridad. Aquí el verdadero monstruo es el propio sistema y la forma en que los seres humanos reaccionan cuando se les coloca en una situación extrema.
Netflix
La historia se desarrolla dentro de una prisión vertical con decenas de niveles. En cada piso, dos personas comparten un espacio mínimo y, cada día, una enorme plataforma desciende cargada de comida. Los que están hasta arriba son los primeros se sirven banquetes dignos de un rey, u los de abajo, son los que esperan lo que sobra si es que queda algo. Y mientras más desciende la plataforma, más se convierte en una batalla por las migajas, dejando ver lo peor de la naturaleza humana.
Más allá de la angustia que provoca la trama, El Hoyo se convirtió en tema de conversación porque funciona como una enorme metáfora social. Es imposible no ver el paralelismo con el mundo real, donde unos cuantos tienen exceso de recursos, mientras que millones está luchando con lo que sobra en la parte baja.
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Lo más impactante de El Hoyo es que no recurre a elementos sobrenaturales ni a clichés del terror para provocar ansiedad. Lo que aterra es la crudeza de sus personajes, sus decisiones y la forma en que el sistema en el que viven los empuja hacia lo peor. Es ese retrato brutal de la condición humana es lo que hizo que la película se quedara en la memoria del público. Al final, el verdadero villano son las personas que son capaces de destruir a otras cuando se trata de sobrevivir.