La nueva serie argentina de Netflix, En el barro, está sorprendiéndonos por su trama cargada de tensión y drama, y por el grandioso nivel de detalle puesto en su producción. Dentro de ella, tenemos que la cárcel ficticia conocida como La Quebrada no solo es el escenario principal en el que se desarrolla la trama, sino también una recreación maravillosa de las cárceles reales de Argentina.
¿La cárcel La Quebrada de 'En el Barro' existe en la vida real?
Aunque no se trata de una prisión real, la precisión con la que fue diseñada y construida ha dejado impresionados tanto a los espectadores como a la crítica especializada.
La cárcel fue construida exclusivamente para la producción y diseñada por la directora de arte Julia Freid. En este proceso se recrearon pabellones, celdas, patios, baños y áreas comunes, logrando un realismo visual que potencia la crudeza y verosimilitud de la serie. Cada rincón de La Quebrada transmite la sensación de encierro, violencia y convivencia forzada, elementos clave en el desarrollo de la historia.
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Así construyeron "La Quebrada"; la cárcel de 'En el Barro' de Netflix
La ambientación se llevó a cabo en una antigua fábrica tabacalera abandonada en San Martín, cerca de la Autopista General Paz, en Buenos Aires. El espacio, deteriorado y con una atmósfera cargada de historia, resultó ideal para transformarse en una prisión de ficción. Por lo tanto, la intervención artística convirtió un edificio industrial olvidado en un escenario cinematográfico de gran impacto.
Sebastián Ortega, guionista, creador y productor de la serie, explicó que el lugar elegido para la filmación estaba destinado a la demolición. Ante esa situación, el equipo logró retrasar el proceso para poder grabar sin contratiempos. Por supuesto esta circunstancia también determinó el ritmo de la producción, pues el riesgo de perder el set obligó a rodar de manera intensiva. Al respecto, su creador dijo:
Por eso grabamos las dos temporadas de corrido, sin descanso. Al día siguiente de terminar la última escena de la temporada 1 estábamos empezando con la segunda.
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Para fortuna de la serie, la decisión permitió aprovechar al máximo las instalaciones de la fábrica antes de que fueran demolidas, garantizando la continuidad estética y narrativa de la historia. El resultado final fue una cárcel ficticia que, sin existir en la realidad, se percibe auténtica y convincente, haciendo que los espectadores se pregunten por su locación real. La serie está disponible en Netflix donde próximamente, podrás disfrutar de su segunda temporada.