En el vasto panorama de la ciencia ficción moderna, hay títulos que nacieron grandes gracias a presupuestos millonarios y campañas mediáticas como Interstellar de Christopher Nolan y Duna de Denis Villeneuve, y otros que encontraron su lugar gracias al boca a boca de los fanáticos. Ese es el caso de Coherence, una producción independiente que, pese a su modestia, ha logrado consolidarse como una joya de culto imprescindible que puedes disfrutar en Prime Video.
‘Coherence’ cumple 12 años: por qué sigue vigente y fascinando a los espectadores
Dirigida por James Ward Byrkit, quien trabajó como colaborador de Gore Verbinski en la saga Piratas del Caribe, la película surgió de un experimento radical: rodar sin guion tradicional, con un elenco de amigos y un presupuesto de apenas 50 mil dólares. Lejos de limitarlo, esta decisión creativa dio forma a un thriller claustrofóbico que combina drama, terror psicológico y ciencia ficción de alto concepto.
La premisa es tan simple como inquietante: ocho amigos se reúnen para una cena que coincide con el paso de un cometa cercano a la Tierra. Lo que comienza como una velada entre viejos conocidos pronto se convierte en un juego perturbador de realidades paralelas, doppelgängers y secretos revelados. La electricidad que falla, los teléfonos que se rompen y la llegada inesperada de visitantes idénticos a los protagonistas desatan un caos existencial.
Bellanova Films
El elenco y la improvisación: secretos detrás del rodaje de ‘Coherence’
Byrkit apostó por un método arriesgado: en lugar de un guion cerrado, entregó a sus actores (Emily Baldoni, Nicholas Brendon, Lauren Maher, entre otros) solo descripciones básicas de sus personajes y motivaciones. La mayoría de los diálogos fueron improvisados, lo que aporta una naturalidad desconcertante y hace que los conflictos emocionales se sientan auténticos. Las tensiones amorosas, las traiciones y las inseguridades de cada personaje se entrelazan con el misterio cósmico que los rodea.
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La estética minimalista también juega a favor. Filmada casi íntegramente en la casa del propio director, la iluminación tenue y el ambiente cerrado transmiten la sensación de encierro y de estar atrapados en una especie de purgatorio. Pese a no tener grandes efectos visuales, el uso de recursos simples logra crear un aura inquietante que conecta con lo mejor de The Twilight Zone o de películas como Primer de Shane Carruth.
Hoy, a doce años de su estreno, su estatus de clásico de culto se reafirma con cada nueva generación de espectadores que la descubre. Coherence es prueba de que la ciencia ficción no necesita grandes efectos especiales para incomodar, desafiar y sorprender. A veces, basta con una buena idea, un grupo de actores comprometidos y la disposición de explorar el miedo más universal: el de no comprender la realidad que habitamos.