Hablar de El Conjuro es hablar de gritos en la sala de cine, de gente tapándose los ojos al ver a Annabelle y de sustos que después no te dejan dormir durante varias npches. La saga creada por James Wan en 2014 se convirtió en la franquicia de terror más popular de la última década, y cada entrega llega con la promesa de ser aún más aterradora que la anterior. Y quienes ya vieron El Conjuro: Últimos ritos ya en cines, están interesados en saber cómo se rodaron sus momentos más extremos.
Como suele pasar con este tipo de producciones, no todo es CGI ni efectos digitales. Detrás de cada golpe, caída o levitación demoníaca hay un gran trabajo de coordinación, dobles de riesgo y, por supuesto, medidas de seguridad que muchas veces los espectadores ni imaginan. Y justo ahora, unas imágenes del rodaje revelaron cómo los actores tuvieron que usar protecciones en su cuerpo para filmar una de las secuencias más tensas de toda la película.
Una posesión al límite (cuidado con los spoilers...)
Durante la parte más emocionante de la película, Judy Warren, la hija de Ed y Lorraine, es poseída por el espíritu que habita el espejo. La joven pierde el control y, en un ataque de violencia sobrenatural, lanza y golpea brutalmente a sus propios padres. El momento es tan impactante que muchos fans han clasificado a este momento como una de las escenas más fuertes de la franquicia.
Pero lo más estremecedor viene después: en un estado de trance, Judy sube al ático, coloca una cuerda alrededor de su cuello y comienza a colgarse. Esta secuencia, cargada de tensión, muestra a Ed y al prometido de Judy intentando salvarla a toda costa antes de que sea demasiado tarde.
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Es aquí donde entran en juego las medidas de seguridad del rodaje. Las imágenes detrás de cámaras muestran a los actores con arneses y protecciones estratégicas bajo su ropa, diseñados para evitar cualquier accidente durante la simulación de la escena de ahorcamiento. Aunque en pantalla parece una situación al borde de la tragedia, la producción cuidó cada detalle para que los intérpretes estuvieran a salvo.
Un rodaje intenso
Como ha pasado en otras películas de la saga, el set de El Conjuro 4 no fue precisamente un lugar tranquilo. Los actores comentaron que, aunque sabían que estaban rodeados de técnicos, cables y luces, la atmósfera lograba ponerles la piel de gallina. La sensación de estar filmando escenas de posesiones y exorcismos en lugares era tan fuerte que, más de uno confesó haber tenido experiencias paranormales después de terminar las jornadas de grabación.
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Vera Farmiga, quien da vida a Lorraine Warren desde la primera entrega, dijo en entrevistas anteriores que filmar estas cintas nunca es fácil. El nivel de entrega emocional es tan alto que termina agotada. Y en esta cuarta parte, con la hija de los Warren en el centro del horror, la intensidad emocional fue todavía mayor.
El Conjuro 4 es un viaje escalofriante donde los Warren enfrentan uno de sus casos más personales y peligrosos. Y aunque los espectadores solo han visto gritos, golpes y posesiones en pantalla, ahora sabemos que detrás hubo mucho más: arneses, cables ocultos y un equipo comprometido en hacer que el miedo se sintiera lo más real posible.