Hay días en los que nada parece funcionar: tu bebida favorita ya no sabe igual, el tráfico está insoportable y lo único que quieres es estar en tu casa para tirarte en el sillón sin pensar demasiado. En esos momentos, no hay nada mejor que poner una película que te saque una sonrisa, como Legalmente rubia, Shrek o Miss Simpatía. Pero la cosa se pone aún mejor si la cinta te transporte a una época más simple. Por suerte, hay un clásico animado que está disponible en prácticamente todas las plataformas grandes y que nunca falla para levantar el ánimo.
Se trata de una cinta que combina dos mundos que parecían imposibles de combinar: caricaturas disparatadas y uno de los deportistas más famosos de todos los tiempos. Esta mezcla, en papel, sonaba a una locura absoluta, pero lo cierto es que terminó convirtiéndose en uno de los fenómenos más entrañables de la década 90. Hoy, la película puede verse en Netflix, Prime Video y HBO Max.
Una unión imposible… que funcionó
Cuando Space Jam: El juego del siglo estrenó en 1996, nadie entendía muy bien de qué iba la idea, con Michael Jordan jugando basquetbol junto a Bugs Bunny y el Pato Lucas. Lo que al inico tenía tintes de ser un comercial de larga duración terminó siendo una de las películas familiares más queridas de su tiempo.
Warner Bros.
La trama es sencilla pero efectiva: unos extraterrestres quieren esclavizar a los Looney Tunes, pero estos los desafían a un partido de basquetbol. Como no son precisamente estrellas deportivas, reclutan al mejor jugador del planeta: Michael Jordan, quien acababa de salir de su retiro temporal en la NBA.
Con una mezcla de animación tradicional y acción real, Space Jam se convirtió en un espectáculo visual que encantó tanto a niños como adultos. Y aunque han pasado casi tres décadas, la cinta sigue teniendo un encanto especial que la hace resistir el paso del tiempo.
Humor para todas las edades
Uno de los secretos de su éxito es que funciona en varios niveles. Para los niños, son los Looney Tunes haciendo lo que mejor saben: golpes cómicos, bromas rápidas y ocurrencias absurdas. Para los adultos, está la nostalgia, la emoción de ver a Jordan en la cima de su popularidad y un montón de referencias culturales noventeras.
Warner Bros.
Además, la película nunca se toma demasiado en serio. Desde el inicio, deja claro que lo que vas a ver es una locura animada donde todo es posible. Esa honestidad la hace aún más divertida: no trata de ser realista, solo busca entretener.
Ver la película en 2025 es un viaje directo al pasado. Y lo mejor es que no necesitas desempolvar tu videocassetera: está disponible en las tres plataformas más grandes de streaming, lo que significa que puedes verla donde quieras y cuando quieras.