Rachid Bouchareb ha dedicado gran parte de su filmografía a rescatar episodios silenciados de la historia contemporánea, en particular aquellos que involucran a inmigrantes del Magreb y sus descendientes en Francia. Títulos como Indigènes y Hors-la-loi exploraron las heridas coloniales y las tensiones de identidad que aún persisten entre Francia y Argelia.
Con Nos frangins (conocida internacionalmente como Our Brothers), el cineasta retoma ese hilo de memoria y compromiso social, entregando una película sobria, incisiva y profundamente humana, que se sumerge en uno de los episodios más oscuros de la Francia de los años ochenta. Bouchareb no busca el espectáculo ni la reconstrucción grandilocuente. Su aproximación es la del testigo que observa con respeto, que escucha y deja hablar al dolor.
La película se apoya en imágenes de archivo, declaraciones de la época y una puesta en escena contenida, donde la emoción se filtra entre silencios y miradas. Es un cine que indaga en la memoria colectiva, pero que nunca olvida que detrás de los titulares hubo cuerpos, familias y cicatrices que no se borran.
3B Productions
Dos jóvenes, una noche trágica y la justicia que tardó en llegar
Nos frangins reconstruye los hechos ocurridos la noche del 5 al 6 de diciembre de 1986, cuando Francia se encontraba convulsionada por las protestas estudiantiles contra la reforma universitaria conocida como Ley Devaquet. En medio del caos, dos jóvenes de origen argelino perdieron la vida con pocas horas de diferencia. Malik Oussekine, de 22 años, fue brutalmente golpeado por una brigada policial motorizada en el corazón del Barrio Latino de París, mientras regresaba a casa tras un concierto de jazz. A pocos kilómetros de allí, en Pantin, Abdel Benyahia, de 19 años, fue asesinado por un agente fuera de servicio, ebrio y armado, cuando intentaba separar una pelea en un bar.
Bouchareb entrelaza ambas tragedias a través de un personaje ficticio: el inspector Daniel Mattei, interpretado por Raphaël Personnaz. Este funcionario, miembro de la Inspección General de la Policía, sirve como vínculo entre los dos casos y como reflejo de un sistema empeñado en silenciar sus errores. A través de Mattei, el director examina los mecanismos del encubrimiento institucional, el peso de la obediencia y la erosión moral de quienes, atrapados entre el deber y la conciencia, son cómplices involuntarios del poder.
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‘Nos frangins’: Reflexiones sobre memoria, justicia y responsabilidad colectiva
La película alterna el relato policial con el drama íntimo. De un lado, la familia Benyahia, encabezada por un padre resignado (Samir Guesmi) y un hermano desesperado (Lais Salameh), es mantenida en la mentira durante dos días, creyendo que Abdel está herido y hospitalizado. Del otro, los hermanos de Malik, Mohamed y Sarah (interpretados por Reda Kateb y Lyna Khoudri), enfrentan la noticia de su muerte con una mezcla de incredulidad, rabia y dignidad.
Al final, la película no busca reconciliación ni ofrece respuestas fáciles. En su lugar, propone una vigilia: un ejercicio de memoria para que el olvido no borre los nombres de Malik y Abdel, ni de tantos otros. La canción que acompaña los créditos finales funciona como un epitafio y una advertencia: las heridas que deja la injusticia no cicatrizan, pero pueden transformarse en memoria compartida.