La película de Gerard Butler que fracasó en taquilla, causó controversia por su elenco y alcanzó su redención en Netflix
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Una superproducción de Gerard Butler fue destrozada por la crítica y olvidada tras su estreno. Años después, esta épica de fantasía resurgió en Netflix, demostrando que incluso los fracasos pueden renacer entre los dioses.

Cuando se estrenó en 2016, Dioses de Egipto parecía destinada a ser el nuevo fenómeno del cine épico fantástico al estilo Furia de Titanes, Troya o Beowulf. Ambientada en un antiguo Egipto dominado por dioses y mortales, el filme sigue la historia de Bek (Brenton Thwaites), un joven ladrón que se une al poderoso dios Horus para recuperar el control del reino arrebatado por el tirano Set. Juntos emprenden una odisea llena de batallas, criaturas míticas y traiciones divinas, en la que los límites entre lo humano y lo sagrado se desdibujan.

Dioses de Egipto
Dioses de Egipto
Fecha de estreno 26 de febrero de 2016 | 2h 08min
Dirigida por Alex Proyas
Con Nikolaj Coster-Waldau, Gerard Butler, Brenton Thwaites
Medios
0,5
Usuarios
3,0
Streaming

Con Gerard Butler, Nikolaj Coster-Waldau y el entonces ascendente Chadwick Boseman en el elenco, el filme prometía espectáculos visuales y una historia de dioses, batallas y redención. Sin embargo, el resultado fue un desastre de crítica y taquilla que dejó su marca en Hollywood hasta que años después, el público decidió darle una segunda oportunidad en Netflix.

Lionsgate

Gerard Butler ante el fracaso: del desierto egipcio a la cima de Netflix

Dirigida por Alex Proyas, conocido por El cuervo y Dark City, la película intentó revivir el espíritu de producciones como 300 de Zack Snyder, mezclando mitología egipcia con efectos digitales deslumbrantes. Pero desde antes de su estreno, el proyecto enfrentó un fuerte rechazo. El motivo principal no fue su trama, sino su reparto: la mayoría de los protagonistas eran actores blancos interpretando a deidades y héroes egipcios. Butler, escocés; Coster-Waldau, danés; y Brenton Thwaites, australiano, encabezaban una historia ambientada en el norte de África.

Las críticas por la falta de diversidad fueron tan intensas que tanto el director como el estudio, Lionsgate, se vieron obligados a disculparse públicamente. Proyas reconoció que las decisiones de casting debieron haber sido “más diversas”, mientras que la productora admitió que había fallado en reflejar la riqueza cultural del antiguo Egipto. Era un reconocimiento poco común para Hollywood, donde los problemas de representación siguen siendo una conversación abierta.

Lionsgate

Dioses, controversia y redención: el regreso inesperado de ‘Dioses de Egipto’

A pesar de las disculpas, Dioses de Egipto se hundió en taquilla. Recaudó apenas 140 millones de dólares frente a un presupuesto de 150 millones, convirtiéndose en una de las mayores pérdidas de Lionsgate. El golpe fue especialmente duro para Alex Proyas, quien había sido considerado una de las voces más interesantes del cine fantástico en los años noventa. Tras el estreno, el director se lanzó contra los críticos en redes sociales, llamándolos “buitres enfermos que picotean los huesos de una carroña moribunda”.

Con el paso de los años, sin embargo, el tiempo comenzó a cambiar la percepción del público. Cuando Dioses de Egipto llegó a Netflix, su destino dio un giro inesperado al posicionarse en el top 10. Parte de esta redención se debe a una nueva generación de espectadores que ven en el filme una curiosidad visual más que un fracaso. En tiempos donde las superproducciones de fantasía abundan, la cinta destaca por su ambición desmedida, su estética recargada y su voluntad de crear un universo propio, aunque fallido.

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