Los thrillers eróticos han regresado con fuerza a las plataformas de streaming, ofreciendo al público adulto historias cargadas de tensión, deseo y moralidad ambigua. En Prime Video, títulos como Aguas profundas (con Ben Affleck, Ana de Armas y Jacob Elordi) o Babygirl (protagonizada por Nicole Kidman, Harris Dickinson y Antonio Banderas), han reavivado el interés por las ficciones donde la pasión y el peligro se confunden.
En medio de ese ambiente subido de tono, una película ha llegado recientemente al catálogo de la plataforma. Se trata de Hedda, dirigida por Nia DaCosta y protagonizada por Tessa Thompson. Con una atmósfera sofocante y un diseño de producción que recuerda al lujo envenenado de El gran Gatsby, la cinta se adentra en un universo de fiestas desbordadas, secretos ocultos y pasiones que se transforman en armas. DaCosta actualiza el clásico Hedda Gabler de Henrik Ibsen, transformándolo en un relato moderno sobre el deseo femenino, la frustración social y la manipulación emocional.
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Nia DaCosta reinterpreta el deseo femenino en un perturbador drama inspirado en Henrik Ibsen
Hedda convierte el salón burgués del drama original en una casa de ensueño donde todo es apariencia. Tessa Thompson interpreta a Hedda, una mujer hermosa, inteligente y profundamente insatisfecha que ha contraído matrimonio con George (Tom Bateman), un académico que no logra satisfacer ni sus aspiraciones ni sus deseos. La directora explora cómo el confort y el decoro pueden convertirse en una prisión, mientras el personaje principal se deja consumir por la envidia, la nostalgia y una necesidad destructiva de sentirse viva.
El detonante llega con la celebración de una fastuosa fiesta en la que Hedda intenta recuperar el control de su entorno. Allí reaparece Eileen (Nina Hoss), su antigua amante y ahora rival intelectual de su esposo, acompañada por Thea (Imogen Poots), una tímida pero decidida escritora que abandonó a su marido para vivir abiertamente su relación con Eileen. Lo que comienza como una reunión de viejos conocidos termina por transformarse en un campo de batalla emocional donde cada mirada y cada gesto son un desafío al orden establecido.
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‘Hedda’: la película que mezcla lujo, deseo y destrucción en un festín visual
Visualmente, la película, rodada en el imponente Flintham Hall Manor, es un festín, ya que se utilizan los espacios como metáforas del encierro y el deseo. Cada encuadre está cuidadosamente compuesto para reflejar la opulencia que ahoga a sus personajes. Entre los vestidos, los espejos y las luces doradas, Hedda construye un relato sobre lo que significa poseer belleza y talento en un entorno que castiga cualquier intento de autonomía. La tensión se acumula hasta estallar en una secuencia final tan ambigua como perturbadora, donde el espectador debe decidir si ha presenciado una ruina o una liberación.
DaCosta, conocida por haber revitalizado el mito de Candyman y por convertirse en la directora afroamericana más taquillera con The Marvels, regresa aquí a un cine de autor más íntimo, donde la imagen es tan importante como el silencio. Su versión de Hedda propone un triángulo (o más bien, un laberinto) amoroso que trasciende el género del melodrama para convertirse en un estudio sobre el poder, la represión sexual y las formas en que las mujeres intentan conquistar libertad en mundos que las niegan.