Frankenstein, la muy esperada versión de Guillermo del Toro, finalmente llegó a Netflix, y no hay duda: el público está fascinado. En cuestión de horas ya se convirtió en la película más vista de la plataforma, con críticas que la describen como impactante, devastadora y profundamente humana.
Del Toro lo hizo otra vez: transformó un clásico del terror en una historia sobre la soledad, la empatía y la búsqueda de identidad. Y al frente de esta reinvención se encuentra un actor que, aunque hoy es una estrella en toda la extensión de la palabra y se ha ganado el respeto y la admiración de millones de personas alrededor del mundo, como muchos, tiene una historia personal de superación digna de una película al estilo de En busca de la felicidad.
De dormir en un coche a conquistar Netflix
El protagonista de Frankenstein es Jacob Elordi, y aunque ahora brilla en la cima de Hollywood, su camino hasta aquí fue todo menos fácil. Antes de convertirse en uno de los rostros más reconocidos de su generación, Elordi vivió una etapa de incertidumbre y sacrificio que pocos conocen.
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El actor australiano contó en una entrevista que, durante sus primeros días en Los Ángeles, llegó a dormir en su coche durante una o dos semanas. Estaba solo, sin dinero y aferrado a una sola oportunidad: una audición que podría cambiarlo todo.
Se trataba nada menos que de su prueba final para ingresar al elenco de Euphoria, la serie de HBO que después lo catapultaría a la fama. Elordi confesó que si no conseguía ese papel, planeaba regresar a Australia "para reflexionar en casa de su madre". Era el último intento antes de rendirse.
La apuesta que cambió su vida
Por fortuna, su talento hizo lo suyo. Elordi consiguió el papel de Nate Jacobs en Euphoria, y el resto es historia. La serie lo convirtió en un fenómeno global y abrió las puertas a proyectos cada vez más ambiciosos, desde Saltburn hasta, ahora, Frankenstein de Guillermo del Toro.
Lo curioso es que, en retrospectiva, su historia parece encajar perfectamente con los temas que Del Toro adora explorar: personajes que buscan su lugar en el mundo, que sobreviven al rechazo y que transforman su dolor en fuerza.
Netflix
Quizá por eso el director vio en Elordi algo más que un rostro atractivo. En realidad, vio a alguien con una historia que contar, alguien que entiende lo que significa ser incomprendido en un mundo que juzga sin mirar.
Hoy, mientras Frankenstein arrasa en Netflix, millones de espectadores redescubren a Elordi no solo como un galán, sino como un actor con una enorme capacidad emocional. Su interpretación, cargada de vulnerabilidad, encaja perfectamente en la visión poética y trágica de Del Toro.