A lo largo de su carrera, Guillermo del Toro ha demostrado que detrás de cada monstruo hay un alma que busca ser comprendida. Desde El espinazo del diablo hasta El laberinto del fauno, el cineasta mexicano ha explorado con sensibilidad la frontera entre lo humano y lo inhumano, convirtiendo a sus criaturas en espejos de nuestras propias emociones reprimidas. Su versión de Frankenstein, disponible en Netflix, continúa ese camino con una mirada profundamente empática.
Durante una conversación (recuperada por Variety) en el pasado Festival de Cannes junto al compositor Alexandre Desplat, del Toro reveló que su Frankenstein no busca el terror convencional. “Alguien me preguntó si tiene escenas realmente aterradoras”, comentó el director. “Por primera vez lo pensé. Pero esta es una historia emocional, tan personal como cualquiera de mis otras películas. No estoy haciendo una película de terror. Nunca he intentado hacerlo.”
Netflix
Guillermo del Toro y su versión más íntima de ‘Frankenstein’
En esta nueva adaptación del clásico de Mary Shelley, del Toro plantea una reflexión íntima sobre la paternidad, la herencia y el vínculo entre creador y criatura. Su interés, más que en los sustos, reside en las emociones que nacen de la soledad, el rechazo y la necesidad de afecto. Para él, Frankenstein no es solo un relato sobre la creación de la vida, sino sobre la búsqueda desesperada de ser amado.
No es la primera vez que del Toro desafía las convenciones del género. En La forma del agua, la criatura pasa de ser temible a conmovedora en apenas quince minutos, según recordó Desplat. Esa inversión de roles (donde el monstruo es quien más sufre y el humano quien más daña) es una constante en la filmografía del mexicano, que siempre ha defendido la belleza de lo marginal.
Twentieth Century Fox
Cuando Marilyn Monroe enseñó a Guillermo del Toro a amar a los monstruos
La raíz de esa empatía se remonta a un momento muy particular de su infancia. Del Toro contó que su primera conexión emocional con un monstruo ocurrió mientras veía La comezón del séptimo año, película de 1955 dirigida por Billy Wilder. En una escena, el personaje de Marilyn Monroe menciona que la criatura de El monstruo de la Laguna Negra “solo necesitaba que alguien lo quisiera”. “Me enamoré de Marilyn y de la criatura en ese instante”, recordó el director. “Pensé: lo único que tenemos en este mundo son personas que miran a otras personas de la forma equivocada.”
Ese pensamiento, nacido de una escena aparentemente trivial, marcaría toda su obra posterior. En su Frankenstein, del Toro busca reconciliar esa mirada; transformar al monstruo en símbolo de ternura y dolor humano, reflejo de una sociedad incapaz de amar sin miedo. Con un elenco encabezado por Jacob Elordi, Oscar Isaac y Mia Goth, el director ofrece una historia que no solo reinterpreta el clásico de Mary Shelley, sino que reimagina la esencia misma de lo que significa ser humano.